Venezuela deplora injerencia de EEUU

Venezuela deplora injerencia de EEUU

CARACAS (AFP).- Venezuela deploró este miércoles la «injerencia» de Estados Unidos por la acusación de la nueva secretaria de Estado, Condoleezza Rice contra el gobierno de Hugo Chávez, a quien acusó de ser «una fuerza negativa» en América Latina.

El canciller venezolano, Alí Rodríguez, exigió a Washington «no meterse» en los problemas internos de Venezuela, luego de considerar de «mucha gravedad» la aseveración de Rice durante una audiencia con el Senado estadounidense, que la ratificó este miércoles como Secretaria de Estado.

Rice hizo «aseveraciones que el gobierno venezolano considera de mucha gravedad, aunque no son nuevas», dijo Rodríguez en rueda de prensa.

Posteriormente, en un acto público y sin nombrar a Rice, el presidente Chávez expresó que existen personas en el plano internacional que están «molestos y molestas, porque en Venezuela hay un proceso revolucionario en marcha».

Por ello, en tono irónico, los llamó a tomar «pastillas para la úlcera», porque -dijo- «es malo para la salud estar molestas o molestos».

La jefa de la diplomacia estadounidense aseguró el martes que el gobierno de Chávez, constituye «una fuerza negativa en la región» por «abrazar» al régimen cubano de Fidel Castro y «suprimir» a sus opositores.

Advirtió que acudirá a la OEA como secretaria de Estado para «hacer responsables a los líderes que no gobiernan democráticamente, incluso si han sido elegidos democráticamente».

En respuesta, el canciller venezolano pidió a Estados Unidos «respetar el derecho a la autodeterminación de los pueblos y las naciones» y consideró de «intolerable» que la Casa Blanca «esté presionado en provocar problemas no sólo dentro de un país sino entre países».

El nuevo roce entre Caracas y Washington coincide con la crisis diplomática, la peor en veinte años según analistas, que mantiene el gobierno venezolano con Bogotá por la captura del dirigente rebelde de las FARC, Rodrigo Granda.

Las relaciones entre Caracas y Washington se han deteriorado en los últimos años, y el punto de mayor confrontación ocurrió durante el golpe de Estado de abril de 2002, que sacó a Chávez del poder por 47 horas, y el mandatario acusó al gobierno de George W. Bush de estar involucrado.

Diputados venezolanos, entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional (AN, Legislativo) Nicolás Maduro, coincidieron en señalar que las declaraciones de Rice están vinculadas con el altercado con Colombia por el caso Granda.

Maduro, diputado del oficialista partido Movimiento Quinta República (MVR, creado por Chávez) aseguró que las críticas de Rice «develan la verdadera cara de quienes están detrás» de la crisis colombo-venezolana.

«Esas declaraciones de la señora Rice (…) develan la verdadera cara de quienes están detrás de este esfuerzo por enemistar al pueblo de Colombia con el pueblo de Venezuela», agregó.

Leopoldo Puchi, del opositor Movimiento al Socialismo (MAS), acusó a Washington y Bogotá de llevar a Venezuela «a una agenda bélica», con las acusaciones de Rice y la pugna diplomática con Colombia, que llevó a Caracas retirar a su embajador en Bogotá.

Este miércoles, Rice advirtió que instará a los países latinoamericanos y al gobierno venezolano «a que observen lo que está ocurriendo con la democracia venezolana», explicó.

El canciller venezolano subrayó que la principal divergencia entre Caracas y Washington es en torno a la óptica competitiva y neoliberal de Estados Unidos confrontada con la pobreza que azota el continente.

Rodríguez insistió en que una «relación constructiva» con Estados Unidos pasa por el «respeto» de la soberanía y la «comprensión» de la realidad social latinoamericana.

Dijo que el gobierno de Caracas «extiende la mano» al pueblo estadounidense, y aseveró que «la de Rice es una postura de gobierno pero no de Estado, porque hay puntos diferentes en el Congreso y otros sectores de la sociedad norteamericana».

En el plano petrolero, Rodríguez reiteró que los actuales planes venezolanos de exportar crudos a China no significan que se vaya a quitar petróleo a Estados Unidos, que compra un promedio de 1,5 millones de barriles diarios a Venezuela.

Venezuela, único miembro latinoamericano de la OPEP y quinto exportador mundial, tiene una cuota de producción de 2,992 millones de barriles diarios.

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