¡Venezuela en la mira yanqui!

¡Venezuela en la mira yanqui!

Los ataques del candidato demócrata, y futuro presidente de los Estados Unidos, a Chávez y su afirmación de que la «sociedad civil» venezolana debe presionar para que el gobierno acepte el fraude de la oposición de derecha para forzar a Chávez a convocar el referendo revocatorio, no solo dejan ver la intención del señor Kerry de atraerse a la comunidad cubano-norteamericana de Miami (los gusanos), interesados en quitarle a Cuba el importante apoyo de Venezuela, sino que Chávez y su gobierno reformador constituyen una verdadera espina clavada en el costado del imperio norteamericano.

Escuché en estos días un comentario de una persona que siempre ha apoyado las causas progresistas, planteando que Lula estaba impulsando una «política más inteligente» para sortear la poderosa embestida yanqui. «Chávez es muy directo y radical». «Los yanquis lo van a tumbar», planteaba con preocupación dicha persona.

Es la vieja fábula de «engañar» al imperialismo. Ese mismo poder imperial que sabe mucho mejor que todos nosotros lo que le conviene. ¡Este es un enfoque equivocado! Chávez es el gran reformador. Reformador que sabe muy bien que sus reformas golpean el imperialismo, y que sabe también que si muestra un sólo ápice de debilidad frente a las fuerzas del imperio, este se lo traga,sin eructar.

Lo de Lula es mucho más incierto. Para girar «a la izquierda», y cumplir con sus promesas, tiene inevitablemente que enfrentar las fuerzas del imperio y tiene, para que no lo destruyan, que actuar para modificar la correlación de fuerzas, movilizando los trabajadores, los campesinos y demás fuerzas sociales que quieren y necesitan un Brasil soberano, con un desarrollo sostenido a favor de la nación. De lo contrario, de quedarse en la posición de «centro» donde hoy se ha colocado, cuando las fuerzas poderosas del imperio pongan en movimiento su maquinaria de destrucción de gobiernos, de Lula no quedará ni el rastro. Un derechista lo sustituirá a través de las votaciones, después que su moderación y su apoyo popular, le facilite al bloque de poder y al imperialismo, sortear las dificultades que mantienen a Brasil en recesión y con la amenaza de una «cesación de pago». O sea, el posible «giro hacia la izquierda de Lula», sólo se hace viable enfrentando al imperio y cambiando la correlación de fuerzas internas. ¡Chávez es clave para alentar las posiciones progresistas de Lula y Kitchner!

Chávez sabiendo que el imperio no tolera a los reformadores y la soberanía en el que ellos consideran su «patio trasero», responde los ataques de la oposición y del imperio, con ataques más fuertes, siempre apoyándose en las masas y en la defensa de la soberanía, la democracia y la constitución.

La política de Chávez conduce a modificar la correlación de fuerzas internas a favor de las reformas y de la defensa de la soberanía. Y esa defensa desarrolla en forma activa, sin permitirle al imperio ningún avance a costa de la supuesta «moderación» del presidente de una nación formalmente soberana.

Si Chávez no avanza en modificar la correlación de fuerzas internas a favor de sus reformas, en base responderle al imperio, «golpe por golpe», ni los Lula ni los Kitchner latinoamericanos tienen ningún destino progresista. El coronel Lucio Casado, con un gran apoyo de masas y con una parte del ejército a su favor, inauguró su triunfo electoral con un viaje a Washington a ponerse «donde el amo lo vea», y desde ese mismo día, el imperio y el bloque de poder en Ecuador, lo fueron convirtiendo en un instrumento, en la medida en que perdía el apoyo popular.

De manera que no es la capacidad de maniobra lo que cuenta, como mecanismo del mantenimiento y reproducción del poder, sino la capacidad para ir modificando la correlación de fuerzas a favor del programa reformador. Argentina, Brasil y Ecuador están dentro de este esquema. En Bolivia las cosas son radicalmente distintas. Allí los protagonistas de la resistencia son los trabajadores, los campesinos y las clases medias empobrecidas. Allí la lucha es un motor para cambiar la correlación de fuerzas a favor del único camino que pueden plantear los obreros, campesinos, desempleados y clases medias empobrecidas: ¡El socialismo contra la barbarie!

¡Esa es nuestra América Latina! Para no confundirnos, desaprovechando las situaciones que se nos presentan en el camino, recordemos que hay categorías que no debemos apartar de nuestro análisis y actitudes: «correlación de fuerzas»; «dependencia»; «Bloque de Poder», «sectores hegemónicos y dominantes», «lucha de clases». Y valores que no podemos transgredir, so pena de hundirnos en el oportunismo: «soberanía»; «patriotismo»; «dignidad»; «vergüenza».

¡Venezuela va por un buen camino! ¡Apoyar al pueblo venezolano es una cuestión de principios y una necesidad para el avance de los pueblos de América!

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