Venezuela: inusual problema

Venezuela: inusual problema

La razón murió cuando murió Chávez. No porque lo representara él, si no porque mientras estuvo vivo la legitimidad financiada por los altos precios del petróleo, la ganaba electoralmetne con amplio margen. Al morir el comandante, Maduro, su sucesor designado, decidió hablar con el pajarito. Y eso, que en su lógica era una formula usada por el régimen para hablarle a las masas y no una locura, terminó siendo el preludio de insanidad constante.
Encontrar lógicas, aun sean ocultas, no es fácil en el caso venezolano. ¿Cómo es que el régimen no se ajustó al nuevo escenario de precios bajos del petróleo? ¿Por no perder el apoyo de sus bases? Probablemente; pero ¿al prolongarse, al profundizarse su shock externo, no era una señal que invitaba a un mínimo pragmatismo? ¿No había un solo economista aun fuera marxista que aconsejara? Queda clarísimo que la debacle venezolana se inicia con el shock externo, que poco tiene que ver con ser o no socialista y mucho que ver con medidas populistas-electorales sin ninguna responsabilidad. La racionalidad de sus objetivos socialistas quedó cuestionada para prejuicio del pueblo venezolano y del propio régimen que vio cómo la inflación es indirectamente proporcional a la popularidad de un gobierno, sea cual sea su ideología.
En otro orden, hoy, para la región, Venezuela es una crisis migratoria mucho mayor que la haitiana y que la centroamericana en la época de las guerras civiles. Mucho más de tr ica Latina y Miami, en EE. UU. Hace ya años, penurias van penurias vienen, que muchos venezolanos clamaban por la intervención internacional. El uso del petróleo (nada nuevo para Venezuela) como instrumento de influencia en la política internacional dilató cualquier presión. Después de todo el problema era político y de venezolanos…hasta que dejó de ser un problema venezolano y se volvió un grave problema migratorio.
Adicionalmente, el intervencionismo venezolano en los asuntos electorales de otros países era más que notorio. Desde posiciones meramente cosméticas: una declaración del comandante, hasta más injerencistas: financiar con dinero de dudosa procedencia las campañas de los Kirchner; más dignas, como las del apoyo al derrocado gobierno de Zelaya en Honduras o menos tolerables como la protección nada oculta (y por diversos medios) a las guerrillas colombianas y el apoyo a cuanto esfuezo hubiera por debilitar los gobiernos colombianos (oligárquicos, es la retórica que siguen usando).
Y así, trinos y gorjeos de por medio, llegamos al punto en el cual apoyo a rutas de narcotráfico, alianzas con los enemigos de EEUU: China, Irán, Rusia, Corea del Norte se hicieron parte del complejo escenario. El gobierno en su desesperación económica entregó recursos naturales futuros a China y Rusia (no precisamente países neutrales) haciendo más provocadora su posición internacional y menos fuerte el argumento de soberanía. Ahora, al borde de una invasión bajo cualquier pretexto, sin apoyo popular medido, habiendo roto su propia institucionalidad al desconocer Asamblea electa uno se pregunta ¿Cómo se justifica una invasión a un país soberano bajo el derecho internacional? Lo inusual es que también vale la pregunta ¿cómo no hacerlo ante tanto cinismo e ilegitimidad del régimen?

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