Caracas.- La ministra venezolana de Salud, Luisana Melo, negó este viernes que exista una escasez masiva de medicinas, como denuncian el gremio farmacéutico y la oposición.
«Tenemos elementos suficientes y objetivos para demostrar que en este país se están produciendo medicamentos, estamos importando los necesarios y vamos a comenzar a distribuirlos lo más eficientemente posible», aseguró Melo a periodistas en un hospital público del sureste de Caracas.
La Federación Farmacéutica de Venezuela calcula en un 85% el desabastecimiento de medicinas, un argumento que exhibe la oposición para exigirle al presidente Nicolás Maduro que acepte ayuda humanitaria del exterior. «No hay 85% de desabastecimiento de medicamentos sino de marcas comerciales», sostuvo la ministra, indicando que la escasez ronda el 15%.
La ministra rechazó que en Venezuela haya una «crisis humanitaria», pues según dijo, el gobierno garantiza los principios activos de las medicinas para tratar las enfermedades de mayor incidencia. Sin embargo, reconoció que el sector privado produce a la mitad de su capacidad.
«Aspiramos a que a finales de año, con la acupuntura de divisas colocada para la materia prima para estas empresas, podamos ya estar cercanos a un 80%», afirmó Melo. Para importar insumos, los industriales dependen de las divisas que el gobierno les asigna a través de un férreo control de cambio, vigente desde 2003.
Pese a que asociaciones médicas y de pacientes denuncian la carestía masiva de medicinas para tratar el VIH y enfermedades oncológicas, la ministra enfatizó que se registran «fallas puntuales y alternas». Venezuela sufre una severa crisis agravada por la caída del precio del petróleo -fuente del 96% de divisas- reflejada en una escasez de 80% de los alimentos básicos y una inflación de 180,9% en 2015, la más alta del mundo.
A mediados de junio, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) declaró inconstitucional una ley de salud que aprobó la mayoría opositora en el parlamento para exigir a Maduro que autorice el ingreso de ayuda humanitaria al país.
El presidente considera ese pedido como una trampa orientada a crear las condiciones para una intervención extranjera.