Venezuela o las 5 formas de destruir un país

Venezuela o las 5 formas de destruir un país

No es tan inusual que un país camine a la auto destrucción. Civilizaciones e imperios han encontrado, más por azar que por elección, ese destino. Sin embargo, que a uno le toque ver en su tiempo de vida identificar un declive, no suele ser común, mucho menos si éste se da de forma acelarada. Tal es el caso venezolano, que siguió cinco pasos apresurados para auto destruirse.
El primer paso: la ruptura entre clase gobernante y los gobernados. La corrupción de los años 80, la anomia festiva ante la desigualdad social y la terquedad de las élites sociales fueron el origen del primer paso: el sentimiento anti político en el electorado venezolano y una actitud de “cualquier cosa es mejor que esto” que fue calando profundamente en la sociedad. Tanto así que una reina de belleza, Irene Sáez, quien fue alcaldesa del municipio Chacao y gobernadora del estado Nueva Esparta, terminó como candidata presidencial, llegando a ser puntera en algunas encuestas previas a las elecciones de 1998.
El segundo paso: desconocer las instituciones. El presidente Carlos Andrés Pérez, que ocupaba la presidencia por segunda vez (1989-1993), tomó medidas de ajuste económico aumentando los pasajes de transporte público, lo que provocó en 1988 una explosión social que se denominó el caracazo, que fue reprimida de manera sangrienta por el gobierno, deslegitimándolo y siendo el hecho histórico que dio origen a dos intentos militares de golpe de Estado (1992). Y aunque el gobierno resistió sin caer, el presidente deslegitimado terminó siendo destituido por un tribunal.
Tercer paso: elegir con indignación. El sentimiento anti partidista que había encumbrando en las encuestas a una alcaldesa (Irene Sáez) de un municipio pequeño con logros más estéticos que estructurales, terminó eligiendo al líder golpista Hugo Chávez. La población estaba dispuesta a castigar a los partidos tradicionales, y a los políticos, sin mirar ni entender propuestas. “Cualquier cosa es mejor que lo que tenemos” parecía ser la consigna del votante.
Cuarto paso: Gobierne con populismo y use una retórica socialista. Hugo Chávez llega al gobierno por la vía democrática. Su discurso era disperso, sus alianzas (que todavía existen en el gobierno venezolano) eran amplias pero muy diversas en naturaleza, y su propuesta más clara fue: construir el socialismo del siglo XXI. La subida de los precios del petróleo, el empoderamiento de las clases populares (y el apoyo al estamento militar) impulsó material y moral al presidente a profundizar en su retórica, y fueron creando mucho apoyo popular, pero sobre bases incosteables.
Quinto paso: Derogue las leyes económicas (por decreto). Se ha seguido desde que Chávez tomó el poder, con la idea, acorde a la retórica socialista, de desconocer la realidad económica, y pretender derogarla por decreto. Estos cinco pasos entramparon a un gobierno que en mucho terminó siendo tan o más corrupto, menos flexible en su maniobrabilidad y menos efectivo en atender las necesidades nacionales.
Si algo hay que aprender de Venezuela es que una mala decisión puede llevar a una peor. Hoy, el efecto de las malas decisiones del colectivo social y de los dirigentes, han sumido a Venezuela en un caos. Nos toca en nuestro país tender la mano. Apoyar una salida pacífica… y tratar de vernos en ese espejo para no cometer los mismos errores.