Venezuela post referéndum:
nuevos actores y nuevas lecturas

Venezuela post referéndum:<BR>nuevos actores y nuevas lecturas

POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Hace  59 años los estudiantes venezolanos, fieles a una tradición histórica de aquel  país,  junto a un grupo de militares, derribaban la dictadura  del autócrata Marcos Pérez Jiménez, quien por cierto huiría hacia donde su homologo en Santo Domingo, Rafael Leonidas Trujillo; era el 1958.

( Me Confirma el Sr Álvarez Dugan, la llegada también   de Pedro Estrada, tenebroso jefe de la plicía  política  de aquel régimen )..

El presidente transitorio Edgar Sanabria, quien sustituyera a Wolfang Larrazabal presidente original de  aquella junta, promulgaría el decreto de la autonomía universitaria.

Curiosamente,  si se revisara la historia política de aquel hermoso país, se vería que el movimiento estudiantil fue un protagonista importante para restituir la democracia representativa, formando parte de  lo que fuera la Junta Patriótica, coalición ciudadano-militar que organizó la huelga general que hizo huir al dictador, teniente coronel, Pérez Jiménez.

En  Venezuela hay una constante histórica que muestra al movimiento estudiantil como un antagonista neto contra los autoritarismos, de modo que el fenómeno desde el mes de mayo surgido bajo el régimen del Presidente Chávez, no es nuevo en aquel país; ellos son los nuevos actores del proceso.

Lo que sí puede  ser interesante es analizar  cómo se planteará el actual gobierno su relación con estos jóvenes que han optado por hacer oposición.

Antes que reconocer su propia incapacidad para nuclearse con éxito y convencer, la oposición venezolana que el año pasado terminó su récord de elecciones con un 30% de los votos, liderada por un candidato torpe, Manuel Rosales,  hasta el pasado 2 de diciembre se había manejado siempre bifurcada entre dos sectores: uno moderado entre electoral y abstencionista y otro radical  capaz de aliarse hasta con el diablo, para interrumpir el proceso actual.

Desde 1999 se supone que la constitución Bolivariana ha sido el pacto social que legitima la  convivencia en el país pese a que la oposición negaba esa misma constitución.

 El intento de golpe de Estado de abril del 2002 depuraría de nuevo a la oposición entre exilados golpistas, moderados electorales y abstencionistas.

La reforma constitucional, la autocracia y sus despeñaderos

El Presidente Chávez presentó en Agosto su iniciativa para una Reforma Constitucional, donde  propuso el cambio de 33 artículos; una asamblea monocolor, roja rojita, se encargaría de incorporar otros 36 artículos, conformando un total  69 los artículos presentados para ser modificados en este proyecto de reforma Constitucional.

A lo largo de todo el mes de noviembre se desarrolló la campaña, que la Asamblea llamó consultas ambulatorias para dar a conocer el texto. El asunto era que dar a conocer el texto consistía en hacer proselitismo oficialista por el Sí y al mismo tiempo que se divulgaban los artículos menos polémicos sobre la reforma. En la medida que la promoción fue avanzando, los criterios estratégicos de campaña no existían, porque Chávez se convirtió en el símbolo de la campaña, no dejando otra opción que la personificación del Sí en su figura, a tal extremo que en el día de cierre de campaña en la Avenida Bolívar de Caracas, introdujo a Bush en la campaña afirmando que todos los que votaran por el Sí votaban por Chávez y los que votaran por el No (en una muestra de desvarío pasional torpe y repentino) votaban por Bush, dicho todo esto con una gestualidad imponente y determinante.

Si bien la Reforma ha tenido artículos polémicos, que  en el fondo determinaron las cifras del escrutinio, habrá que admitir que ello influyó para que en la oferta artículos como el 87 que establece el Fondo de Estabilidad Social  y otras mejorías laborales para trabajadores buhoneros, previo estudios por género en este sector, así como el 90 que trata sobre la reducción de la jornada laboral, pasaran por desapercibido en el fragor del enfrentamiento mediático.

Igualmente el artículo 103 establece el derecho a la educación garantizado por el Estado desde maternal hasta el pregrado universitario y el 307 que prohíbe el latifundio, entre otros artículos positivamente valorados

Sin embargo, artículos como el 330, la reelección indefinida del ejecutivo; 337, sobre las garantías individuales y el Estado de excepción; el 318 sobre la pérdida de la autonomía del Banco Central de Venezuela; 328, reforma del concepto estructural que definen las Fuerzas Armadas que pasaban de ser “una institución profesional sin militancia política” a  “un cuerpo esencialmente patriótico, popular y anti-imperialista“; El artículo 115, sobre el tema de la propiedad privada ; 136 sobre el poder popular y la soberanía.

El artículo 16  calificado como la “nueva geografía del poder“ ha  sido también muy polémico entre especialistas de ecología, conocedores de la división territorial y política del país.

Cada discurso del Presidente Chávez en la campaña era una reafirmación vinculante de su figura en relación con el resultado final  electoral de la Reforma.

La reforma, la personalidad del Presidente y los resultados

 En  Venezuela conviven de malas ganas dos proyectos de país en un mismo territorio.

Quienes han ganado elecciones sucesivas manejan una intolerancia que produce escozor observar cómo el mas mínimo disenso esgrimido, puede ser calificado de “fascista” o traidor.

Las válvulas de esas emociones están dibujadas en la fuerza sonora y gestual del Presidente Chávez.

 En otras palabras, legitimar un proceso socialista por la vía legal, no es una tarea fácil, especialmente en un país donde le exclusión social ha sido proverbial e innegable.

La fuerza del Presidente Chávez han sido esos sectores populares a quienes  el Punto Fijismo del 1958, Residencial las Delicias para más señas, impuso la marginalidad y el desprecio.

Pero los resultados del Referéndum donde el Presidente ha perdido más de  3 millones 300 mil votos, se convierten en una señal clara para su proceso y para el proyecto de reforma abortada temporalmente. No es  solo el problema del miedo entre los propios partidarios de Chávez, es que muchos advierten que la profundización del proceso implicaría en el pacto social a regañadientes el aplastamiento del otro país que convive en el sistema y que no desea el sistema que se pretende reproducir.

En el debate de la Asamblea Nacional,  la mañana  del 4 de diciembre, el Chavismo mostraba sus matices al rojo vivo: unos pocos, contados, por la autocrítica y el resto insistiendo en la Reforma rechazada, alegando que la victoria del No, por tan poco margen, no es realmente victoria.

La ortodoxia nunca ha aceptado señales de debilidad, 2 de cada 3 venezolanos rechazaban la Reforma, el tiempo  por venir demostrará si el aumento de la oposición en sus votantes se acerca al medio millón (por encima de su 30% habitual) o se traduce en la debilidad del liderazgo del Presidente Chávez, porque la abstención del  44.11% por el momento, proviene del Chavismo, sin lugar a dudas.

La pregunta clave del Chavismo militante es: ¿A costa de quién o quiénes creció electoralmente la oposición venezolana?

La Oposición no debe cantar victoria, en todo caso debe seguir el espíritu de humildad de los estudiantes, porque es muy probable que ni ella misma sepa qué hacer con ese triunfo.

Los estudiantes, mientras más vituperadoS sean por los agentes del poder, mayor legitimidad tendrán ante el pueblo. Chávez, sin necesidad, ha hecho que el Referéndum se convierta en una valoración a su propio liderazgo, aunque sus partidarios no lo admitan, y los fuertes rasgos de su personalidad determinaran graves errores hacia políticas internas y externas, porque la virulencia verbal, definitivamente, no vende reformas,  estén bien o mal intencionadas. (Cfe)

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