Venezuela repudia agresión a embajador EU

Venezuela repudia agresión a embajador EU

CARACAS  (AFP) .- Venezuela repudió ayer sábado los “excesos” en las protestas contra el embajador de Estados Unidos en Caracas, William Brownfield, pero advirtió que hay lugares en el país caribeño donde el representante diplomático tal vez no sea bienvenido.

La posición venezolana fue expresada en rueda de prensa por el canciller encargado, Alcides Rondón, quien también rechazó amenazas de Washington de restringir desplazamientos del representante diplomático de Caracas en Estados Unidos, aseverando que a tal medida Caracas respondería con reciprocidad.

“El gobierno y el pueblo venezolano repudian todo acto de protesta que rebase los límites del respeto y la consideración (…) y muy particularmente aquellos actos que atenten contra la investidura y dignidad de los representantes diplomáticos” acreditados en el país, dijo Rondón.

El incidente se presentó cuando Brownfield acudió el viernes a un estadio de béisbol en una popular barriada en el suroeste de Caracas a hacer una donación y fue recibido por protestas, entre ellas la de un funcionario de la oficialista Alcaldía Mayor (Metropolitana). Ante la situación, el embajador se retiró y su auto fue agredido con huevos y tomates.

El subsecretario norteamericano de Estado Nicholas Burns llamó por teléfono al embajador venezolano en Washington, Bernardo Alvarez, y le dijo que “esto era un intento auspiciado por el gobierno (de Hugo Chávez) para intimidar al embajador Brownfield y a la embajada estadounidense”.

Burns sostuvo que la agresión fue “una violación indignante de la Convención de Viena”.

“Nosostros escuchamos con interés lo que dijo el viceministro (Rondón) vamos a ver lo que pasa”, dijo a la AFP Salomé Hernández, consejera de prensa y cultura de la embajada estadounidense en Caracas.

Rondón dijo que Washington se quejó de que el embajador no ha recibido la protección debida de parte de las autoridades venezolanas y que Burns señaló que “de enfrentar un nuevo hecho de este tipo se restringirían los desplazamientos de nuestro embajador en Washington”.

“Este hecho activaría de inmediato y sin lugar a ninguna duda una medida recíproca de nuestra parte”, replicó Rondón.

El canciller encargado alegó que la visita de Brownfield al barrio se produjo en un momento inconveniente porque el estadio se lo disputan dos grupos de la comunidad que en ese momento discutían sus puntos de vista y esperaban a un tribunal, por lo que había un ambiente conflictivo.

Estimó que los manifestantes rechazaron “la presencia del señor embajador excediéndose en la protesta”.

Rondón informó que, desde la expulsión en febrero del agregado militar estadounidense acusado de espionaje, la policía de inteligencia Disip, a cargo de la custodia del embajador, fue retirada del interior de la sede diplomática estadounidense.

Señaló que la agenda del diplomático “no es del conocimiento de nuestros organismos de seguridad” y que si las autoridades venezolanas hubiesen sido informadas le habrían “manifestado que el momento no era el más adecuado para su visita”.

“Hay que estar claros que en la situacion política de nuestro país hay sitios donde la presencia de algunas personas no es bienvenida”, puntualizó el canciller encargado.

Por su parte Hernández aseguró que la embajada estadounidense “sí coordina con las autoridades sobre los sitios a donde va a ir el embajador” y que sus guardaespaldas de la Disip tienen información sobre sus movimientos.

La diplomática informó que “el embajador va a seguir viajando por el país para conocerlo mejor”.

Rondón alegó que el embajador venezolano en Washington “se mueve en barriadas de bajo poder adquisitivo” en Estados Unidos pero que siempre “hace las coordinaciones pertinentes con las autoridades locales y eso evita cualquier tipo de problemas”.

El canciller encargado llamó a la reflexión al embajador estadounidense “sobre hacer acto de presencia intempestiva en algunos sitios donde generalmente pudiera no ser bienvenido” y a los venezolanos para que acepten “como pueblo democrático la presencia de gente presentando una protesta dentro de los límites que establece la ley”.

Venezuela y Estados Unidos mantienen tensas relaciones. Caracas acusa, entre otras cosas, a Washington de apoyar el golpe de Estado que sacó al presidente Hugo Chávez del poder por 47 horas en abril de 2002 y de continuar apoyando a sus opositores para derrocarlo.

Por su parte Washington dice, entre otras cosas, que Venezuela apoya a grupos insurgentes en otros países, acorrala a sus opositores y es una mala influencia para la región.

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