CARACAS, AFP. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rompió este miércoles las «relaciones políticas y diplomáticas» y «congeló» los nexos comerciales con el gobierno de Panamá por haber propuesto una reunión en la Organización de Estados Americanos (OEA) para debatir sobre las protestas que afectan al país sudamericano.
«Frente a la conspiración abierta del embajador del gobierno panameño en Washington en la OEA he decidido romper relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno actual de Panamá y congelar todas las relaciones comerciales y económicas desde este momento», dijo Maduro durante una ceremonia de conmemoración del primer aniversario de la muerte de Hugo Chávez.
«Nadie va a conspirar impunemente para pedir una intervención contra nuestra patria. ¡Ya basta! Llamo al pueblo a unirnos», agregó el mandatario en un encendido discurso en el que acusó al «gobierno lacayo» de Ricardo Martinelli de colaborar con Estados Unidos para crear las condiciones «para que la OEA y otros organismos den un paso de intervención en nuestro país».
Minutos más tarde, en un mensaje en la red social Twitter, Martinelli se declaró sorprendido por la decisión de Maduro. «Sorprende decisión del Gobierno de Venezuela. Panamá solo anhela que ese hermano país encuentre la paz y fortalezca su democracia», escribió Martinelli.
A solicitud del gobierno panameño, la OEA, con sede en Washington, anunció este miércoles que el jueves celebrará una reunión privada para decidir si llama a los cancilleres para buscar soluciones al clima de protestas en Venezuela, que han dejado al menos 18 muertos en un mes de disturbios.
«El Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), por decisión de su presidencia, se reunirá en Sesión Privada el jueves 6 de marzo de 2014», señaló el organismo en un comunicado.
En un acto por la mañana también en homenaje a Chávez, Maduro ya advirtió que no permitirá ninguna injerencia en Venezuela de la OEA. «Voy a responder con fuerza y contundencia cualquier intento de cualquier gobierno de América de meterse en los asuntos internos de Venezuela, no acepto intervencionismo en el país», declaró.
Venezuela cumple un mes ininterrumpido en alerta por una ola de protestas antigubernamentales contra la galopante criminalidad, la alta inflación y la recurrente escasez de bienes básicos.
Las manifestaciones, las mayores desde que Maduro fue electo en abril como sucesor de Chávez, han dejado 18 muertos, 260 heridos y decenas de denuncias de violaciones de los derechos humanos.
Las relaciones entre ambos gobiernos ya venían tensándose desde semanas atrás, cuando Maduro llamó a consultas a su embajadora en Panamá, país al que acusó de injerencia tras varias de declaraciones de altos responsables sobre la violencia en Venezuela. En respuesta, Martinelli tomó la misma decisión de convocar a su embajador en Caracas y días después propuso una reunión de cancilleres en la OEA.
Ambos gobiernos, que no pueden considerarse aliados pero que en los últimos años han mantenido relaciones cordiales, tuvieron un diferendo en 2013 por impagos de empresas venezolanas a la zona franca panameña de Colón, debido a las restricciones de la entidad pública que controla la divisa extranjera (dólares) en Venezuela, donde existe un férreo control cambiario desde 2003.
La zona franca panameña, ubicada en Colón en el litoral atlántico (norte), es considerada la mayor de América Latina y se estima que aporta el 8% del Producto Interno Bruto de Panamá.