CARACAS, (AFP) – Los venezolanos votan este domingo para definir la sociedad en que vivirán, porque Hugo Chávez les pide refrendar la instauración del socialismo con su reelección, mientras que el opositor Manuel Rosales les propone una democracia social con economía de mercado.

Las últimas encuestas publicadas brindan una amplia ventaja a Chávez de entre 20 y 30 puntos de porcentaje, que la oposición cuestiona apuntando a las grandes movilizaciones realizadas por Rosales a lo largo y ancho del país.

Para plebiscitar su proyecto, Chávez pidió a los venezolanos 10 millones de votos, o 62% de los los 16 millones de electores.

En la última votación a la que se sometió, en 2004 en ocasión del referendo revocatorio de su mandato convocado por la oposición, Chávez obtuvo 59% de los votos.

En caso de triunfo de Chávez, los analistas consideran que será importante el margen de su victoria.

“Si gana con 30 puntos, tiene todo el poder para hacer lo que quiera”, dijo a la AFP el analista José Guerra, autor del libro “¿Qué es el socialismo del siglo XXI?”. “Si la oposición obtiene 40%, no va a poder hacer lo que quiera”, indicó.

Esta situación acuciante motivó que las principales fuerzas de oposición se unieran y designaran en agosto pasado al gobernador socialdemócrata de Zulia (oeste) como candidato, conscientes de que la tarea prioritaria es forjar una oposición unida y fuerte, para enfrentar los designios de Chávez.

Ya en febrero pasado, el actual asesor de estrategia de Rosales, Teodoro Petkoff, había dicho a la AFP que lo importante era “hacerle frente, hacer visible que hay una parte del país que no lo acompaña, que esa parte no ha desaparecido, que no está reducida a polvo”, tras la aventura golpista de 2002 y el paro petrolero de 2003 que desbarató la economía del país.

Este objetivo fue ampliamente logrado por Rosales en la calle con masivas demostraciones y el domingo tendrá el veredicto de las urnas.

   Chávez se lanzó de cuerpo y alma a la campaña y movilizó todos los recursos a su alcance para obtener la mayor votación posible.

Dejó en claro durante la campaña que de ser reelecto por otros seis años de mandato, hasta 2013, instaurará el “poder popular” y una economía animada por el compromiso social en lugar del lucro con un papel central del Estado, para lo cual realizará una nueva reforma constitucional.

Pero lo que más ha preocupado a los opositores es su pretensión de instaurar la “reelección indefinida”, para liderar la fase socialista de su revolución “hasta el 2021”, aniversario de la batalla de Carabobo, la última librada en territorio venezolano por Simón Bolivar contra la corona española.

Rosales, tras denunciar el “castro-comunismo” del proyecto de Chávez, reiteró el viernes su propuesta de “una nueva democracia social, de libertad, de justicia social” y dio “garantías de que Venezuela va a transitar el camino del progreso, del desarrolo y de la modernidad”.

Chávez reafirmó el jueves la necesidad “de hacer una revisión” de la Constitución bolivariana de 2000, “porque esta es una revolución que es muy dinámica” y advirtió que “debe pasar por un referendo”, descartando implícitamente una nueva Asamblea constituyente.

Los dos candidatos elogiaron el clima pacífico en que se desarrolló la campaña.

“Ha sido una campaña muy positiva para nosotros y creo que para todo el país”, dijo Chávez y precisó que “no ha ocurrido ningún hecho alarmante, negativo, que pudiera haber manchado la calidad de la campaña”.

Rosales se declaró convencido de que las elecciones también se desarrollarán pacíficamente. “El pueblo va a ir a votar y no va a pasar nada”.

Chávez rehuyó el debate propuesto por Rosales y los dos se descalificaron mutuamente.

Mientras que Chávez llamó a Rosales de “lacayo del imperialismo”, Rosales dijo que Chávez “es un títere sentado en las piernas de Fidel Castro”.