BOGOTA,  (AFP) – La respuesta de la guerrilla de las FARC al presidente venezolano Hugo Chávez y la negativa del gobierno colombiano a aceptar desmilitarizar una zona del país para negociar un canje de rehenes mantiene el tema en un punto muerto, coincidieron ayer analistas.

 Raúl Reyes, segundo jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), rechazó el fin de semana un ofrecimiento del presidente Chávez de despejar una zona de Venezuela para realizar un canje de secuestrados por rebeldes presos.  «Yo quiero agradecer al presidente Chávez por ese gesto, por esa generosidad (…) pero seguimos sosteniendo que, por ser un problema derivado del conflicto interno, el canje debe solucionarse en Colombia», afirmó Reyes a un enviado del diario argentino Clarín en la selva del sur de Colombia.

 Reyes insistió en la entrevista publicada el domingo en reclamar al gobierno de Alvaro Uribe la desmilitarización de los municipios de Florida y Pradera (suroeste) para llevar a cabo un canje de 45 rehenes en manos del grupo insurgente por unos 500 guerrilleros presos.

 Al tiempo de conocerse las declaraciones del jefe rebelde, el gobierno reiteró su negativa a desmilitarizar una zona como lo demandan los rebeldes para un cambio.