Al acercarse la tradicional celebración del Día de los Reyes Magos, las tiendas de juguetes volvieron a llenarse de compradores que adquieren los obsequios para los más pequeños de la casa: los niños, queviven en la ilusión de estos personajes, atribuidos al Oriente y citados en el Nuevo Testamento.
Los adultos se abastecen de los regalos de sus hijos, sobrinos, amigos de sus hijos y ciertos vecinos, en una lista que como dice Raquel Olivero, cada vez se hace más larga.
En la tienda “El Mundo del Juguete”, su gerente Manuel Nicolás, confirma lo que dicen muchos compradores a la salida, que están optando por juegos instructivos y por los que no inciten a la violencia.
El Ministerio Sendas de Amor, que pastorea Leónidas Mejía en el sector Manoguayabo, municipio Santo Domingo Oeste, compró juguetes para decenas de niños de familias de escasos recursos económicos. Los distribuirá este domingo, luego de la cena que les ofrecieron con motivo de Navidad. Mejía señala que la bondad se debe expresar en obras.
Empleados de las tiendas de juguetes se centraron en mostrar la variedad a los compradores, que se esforzaban en comparar precio y calidad.
Mucha demanda experimenta este año, como el pasado, la muñeca Frozen, que recrea el personaje principal de la película del mismo nombre, producida por Walt Disney en el 2013, y ganadora de dos premios Óscar como la mejor producción animada. “Los niños, cada año, se enamoran de los personajes de las películas famosas”, explica Katy Abinader, vendedora.
Indica que los especiales llegan hasta dos juegos por RD$100 pesos.
Gregory Parra salió cargado de regalos de El Mundo del Juguete. “Llevo regalos para diez sobrinos, que pidieron juguetes educativos, de cocina, carritos y las acostumbradas muñecas”. Compró ayer, pero los dejará este domingo en la noche, ya que la celebración del día 6 de enero fue pasado al lunes 4 de enero.
Parra expresa que los precios se mantienen similares a los del año pasado.
La batería. Adultos como Yodenny Melo tienen que elegir entre regalar un juguete caro, recargado con electricidad o uno más económico, pero que conlleva comprar baterías más caras que el propio aparato. Dijo que se decidió por un carro que rondaba los RD$500, sin embargo, comprobó que requiere cuatro pilas, más caras que el juguete.