Más de 20 mil millones de dólares le ha costado al pueblo dominicano el funesto proceso de capitalización de la empresa eléctrica llevado a cabo por el gobierno que encabezara el doctor Leonel Fernández y el PLD hace aproximadamente 17 años. Aunque contó con la complicidad de empresarios, sociedad civil y partidos políticos hasta de oposición, esa es una factura que el país y la historia nunca dejará de presentársela al partido morado.
El anuncio de venta por parte del presente gobierno que dirige el licenciado Danilo Medina, es sin lugar a dudas un cambio en las reglas de juego sobre las cuales el pueblo compró el proyecto de generación de Punta Catalina. Este grito de derrotista se origina en la “carga presupuestaria” que significaría para el Estado buscar los restantes mil millones de dólares para concluir el tan esperado proyecto de generación.
Si esa es la real excusa para proponer la venta de lo que hasta ahora se veía como el proyecto empresarial más exitoso en que el gobierno dominicano habría incurrido en las últimas décadas, pues de acuerdo a los modelos financieros presentados arrojaría utilidades anuales cercanas a los 400 millones de dólares al año, entonces ese argumento debe quedar desmontado con la propuesta que vengo presentando de invertir el 11% de los Fondos de Pensiones y hacer socios de las plantas de Punta Catalina a los trabajadores dominicanos que cotizan en la seguridad social.
Entre el daño provocado por la capitalización de la empresa eléctrica y el que causaría la venta de las plantas de carbón de Punta Catalina no hay diferencia alguna, pues en ambas se vende el patrimonio del Estado, se empodera al empresariado quien buscará sus beneficios privados antes que el bien común, por ende se troncharía la esperanza del pueblo de recibir energía en cantidad suficiente, a precio razonable y con la calidad necesaria. Del mismo modo el Estado se desprendería de la posibilidad de recibir utilidades ascendentes a los 400 millones de dólares anualmente por los próximos 40 años, tiempo aproximado de la vida útil del complejo energético.