Hoy 
Adán Rafael De Camps Martínez
Por: Adán Rafael De Camps Martínez
La República Dominicana presenta un escenario atractivo para las inversiones extranjeras, especialmente las provenientes de Estados Unidos, gracias a una serie de ventajas económicas y estratégicas que podrían beneficiar tanto al país como a los inversores. Primero, el trato igualitario a inversionistas: La legislación dominicana ofrece igualdad de condiciones entre inversores nacionales y extranjeros, eliminando barreras proteccionistas que podrían limitar la inversión extranjera. Esto incluye el acceso a incentivos fiscales significativos, como la exención de impuestos bajo la Ley Confotur para proyectos turísticos, lo que puede resultar en ahorros sustanciales para los inversores estadounidenses. En 2022, las inversiones extranjeras directas en la República Dominicana alcanzaron los US$4,000 millones, la cifra más alta en los últimos 30 años (BCRD, 2023).
La estabilidad económica y política del país, junto con su crecimiento constante, ofrece un ambiente seguro para la inversión. La RD ha registrado una de las tasas de expansión económica más fuertes de América Latina, apoyada por un sistema democrático estable y un clima favorable para los negocios. En los últimos cinco años, el país ha mantenido una tasa de crecimiento promedio del 5.63% (BCRD, 2023). En cuanto a la estrategia de inversión, las inversiones americanas, al centrarse en lugares estratégicos, pueden aprovechar la alta demanda turística, la creciente clase media y los recursos humanos calificados del país, sin las complicaciones de control o influencia política que podrían surgir de otras inversiones, como las chinas. En resumen, pueden beneficiarse de la capacidad de elegir ubicaciones estratégicas para maximizar el retorno de la inversión y minimizando riesgos financieros.
