El reclutamiento de prospectos criollos como agentes libres para el mercado de las Grandes Ligas, mediante el otorgamiento de jugosos bonos multimillonarios constituye uno de los temas de mayor impacto en el país, pero ha encontrado cuestionamientos por la forma como los jugadores son firmados por los equipos en edades muy prematuras para incluirlos en programas con exceso de cargas de entrenamiento que pueden acarrear resultados frustratorios.

Desarrollar una carrera exitosa en el más exigente espectáculo de las bolas y los strikes que tiene su epicentro en Norteamérica significa tener el privilegio de beneficiarse de uno de los negocios más lucrativos y de mayor proyección en los medios de comunicación, pero no todo el mundo puede darse el lujo de pertenecer a esa élite, y la mejor prueba de ello es que según las estadísticas oficiales de cada 100 jugadores que son firmados apenas el 2% logra llegar a la exclusiva élite de las ligas mayores.

El béisbol es nuestro deporte de mayor tradición y la principal marca país en el exterior, razón que ha llevado al capital trasnacional a poner los ojos de la inversión en el territorio nacional como el principal proveedor de talentos con exclusión de los hijos de la tierra del Tío Sam. Desde el debut de Osvaldo Virgil con los Gigantes en 1956 como el primer dominicano, más de 600 connacionales han pisado los diamantes del magno circuito, y a la fecha son varios los miles de quisqueyanos que han accionado los distintos niveles de las ligas menores.

Aparte de los Estados Unidos, Canadá y Puerto Rico, países donde se aplica el sistema de sorteo (draft) con todos los controles financieros y organizativos, en los demás países, incluida la República Dominicana se aplica el sistema de contratación de agentes libres, donde hasta hace poco se cometían irregularidades de diverso tipo como alteraciones de actas de nacimientos, casos de corrupción con relación a los porcentajes que algunos escuchas locales y programas independientes les cobraban a los jugadores que ellos representaban .

Los bonos más elevados se les otorga a los jugadores bisoños que son escogidos en el sistema anual conocido como Julio 2 con un promedio de 16 años y medio; se ha criticado el hecho de que sean reclutados jugadores juveniles a diferencia de lo que ocurre en los Estados Unidos, donde generalmente son firmados en el nivel universitario entre los 18 y 21 años. Como un hecho negativo en el plano local se ha verificado un desinterés por reclutar y ofrecerles atractivos bonos a los jugadores de 19 años o más edad, aún demuestren excelentes condiciones.

Como consecuencia de estos inconvenientes la Major League Baseball ha estado estudiando la posibilidad de cambiar el sistema de los agentes libres y establecer un sorteo (draft) internacional, idea que ha sido rechazada por la Asociación de Entrenadores y los directivos de programas locales al considerar que ello limitaría la cotización de talento joven en el actual mercado de agentes libres.
Tal posibilidad no se materializó este año como se esperaba luego de que la MLB y la influyente Asociación de Jugadores de Grandes Ligas lo dejaron para volver a discutirlo cuando se termine el Acuerdo Colectivo en el año 2016. El inmortal Pedro Martínez dijo recientemente que no es partidario del draft aquí hasta que el sistema educativo y la alimentación no esté al nivel de otras naciones, una opinión de mucho peso, que contribuiría a frenar las deplorables deserciones escolares en busca de cristalizar un sueño en Norteamérica.