Ventas de autos se desploman en Brasil; miles son despedidos

Ventas de autos se desploman en Brasil; miles son despedidos

SAO PAULO.- El desplome de las ventas de automóviles en Brasil ha dejado tan maltratada la industria (que constituye una cuarta parte del Producto Interno Bruto industrial de la nación) que decenas de miles de trabajadores están siendo despedidos o forzados a tomar licencias obligatorias.

Al menos 6,000 trabajadores de las fábricas de automóviles han sido despedidos desde enero, dicen las autoridades y otros 20,000 han sido colocados de permiso. La asociación de concesionarios de automóviles Fenabrave dijo que 250 de los 8,000 concesionarios del país han ido a la quiebra este año, resultando en la pérdida de 12.000 puestos de trabajo.

Bajo la crisis más grave en más de una década en el cuatro mercado automotor del mundo subyace “la incertidumbre que rodea la economía estancada del país, el acceso reducido al crédito y la caída de la confianza del consumidor”, dijo Rodrigo Baggi, analista de la industria automovilística para la Consultora Tendencias de Sao Paulo. “Se posterga la compra de bienes duraderos no esenciales como autos, motos y electrodomésticos”.

La Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) calcula que la producción bajará a 2.6 millones de unidades en 2015, un 18% menos que el año pasado, debido a la caída de la demanda, dijo el presidente de la cámara Luiz Moan. Dijo que durante los últimos 12 meses, aproximadamente el 10% de los 138.000 trabajadores del sector fueron despedidos o bien aprovecharon el despido anticipado que ofrecen las empresas para reducir costos.

Marcos Aurelio Prado Araujo, un soldador en la planta de chasis de Mercedez Benz en el suburbio paulista de Sao Bernardo do Campo, recibió el aviso de despido a fines de mayo. Dijo que entre él y su esposa Erika, trabajadora en la planta de montaje de autobuses en Mercedes Benz, ganaban el equivalente de US 3,500 mensuales, suficiente para comprar un auto usado, pagar el adelanto de un pequeño apartamento y enviar a su hija a una escuela privada. Sin embargo, a fines del año pasado despidieron a su esposa y en mayo a él. “Vi derrumbarse mi sueño”, dijo la semana pasada. “Empecé con muchas esperanzas y ahora estoy desempleado, endeudado y sin esperanzas de que las cosas mejoren algún día”.

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