La primera gran verdad es el costo en vidas humanas y su alto nivel de propagación al transmitirse fácilmente de persona a persona. Como está resultando habitual en épocas de las redes sociales se divulgan no solo aquellos consejos prácticos y útiles, sino también, especulaciones alarmistas no fundamentadas con simples y llanas mentiras y transposiciones de tiempo y lugar de datos y material fílmico con fines políticos e ideológicos. La extendida campaña global anti China resulta caldo de cultivo ideal para todo tipo de manipulaciones. Hasta con más rapidez de la efectiva expansión de la infección se propaga la desinformación enredes e internet. Muchos creen todo sin analizar. No han faltado las siempre consabidas teorías conspirativas.
BBC, medio internacional serio, perteneciente al gobierno inglés, ha reseñado algunas de las “informaciones erróneas” que han circulado, veamos: aprovechando que la evidencia inicial muestra la posibilidad de que el virus venga de animales, profusamente se han expuesto videos de asiáticos comiendo murciélagos o sopas de murciélagos, el problema es que el video ni es de Wuhan y ni siquiera de China, fue filmado en Palau, en el Pacífico Occidental, en 2016 por el “blogger” Mengyun Wangquien se ha disculpado. Los investigadores sí sospechan que el murciélago pudiera ser portador del virus, pero la sopa no “es particularmente común en China”. Otro video, con millones de visitas, muestra a una supuesta enfermera de Wuhan, subido por un usuario coreano con, inicialmente, subtítulos en inglés y coreano, ya retirado, pero para muchos la imagen quedó grabada. No todo asiático es chino. Otro video mostraba pacientes caídos en las calles “como moscas” según comentario de un amigo que me lo envió. La artificiosa “enfermera” asegura que una persona puede contagiar a otras 14, cuando la Organización Mundial de la Salud -OMS- informa que un portador puede infestar de 1.4 a 2.5 individuos. Desde el primer momento se empezó a especular que el virus se conocía desde años antes y que se propagó para captar fondos para vacuna. Las patentes que divulgó el “teórico de conspiraciones” y youtuber Jordan Sather corresponden al virus de la bronquitis infecciosa aviar, de otro brote epidémico mortal. Se ha hecho referencia a dos artículos del Washington Times basados, supuestamente, en un “ex agente de inteligencia israelí” sugiriendo que el virus es producto de un «programa de armas biológicas encubiertas» de China que fue filtrado; después de divulgarse el artículo fue “actualizado” señalando que “no hay evidencia para tal afirmación” pero la idea ya flota. Se ha “tuiteado” manipulando el hecho de la suspensión de una investigadora del Laboratorio Nacional de Microbiología de Canadá presentándola como protagonista, junto a su esposo, de un “equipo de espías”. El hecho de la suspensión es real pero la propia policía canadiense informó a CBC News que tales imputaciones son infundadas.
No podían faltar acusaciones de una “operación estadounidense” sustentadas en declaraciones lamentables del secretario de comercio, Wilmur Ross, asegurando que el brote aceleraría el regreso de fábricas y empleos a EEUU. Por otro lado, es incuestionable de que hay impactos económicos pero la economía china no se está desmoronando. Acaban de “inyectar” 175 mil millones de dólares para paliar las consecuencias. Seguiremos.