Verdades y mentiras sobre el coronavirus

Verdades y mentiras sobre el coronavirus

El coronavirus: científicamente es conocido como orthocoronavirinae y este virus no es nuevo. Su presencia se remonta al siglo IX A.C. Desde esa fecha han surgido varios brotes a lo largo de la historia. Todos vienen de ese mismo virus, y forman una familia viral en nuestro planeta y probablemente durante toda la vida humana estará afectándonos cada cierto tiempo con diferentes cepas modificadas.

En 1964 la científica escocesa June Almeida identificó por primera vez el coronavirus en humanos en el hospital St. Thomas de Londres. Los norteamericanos, como siempre, publicaron que fue en un hospital de Chicago donde se identificó por primera vez, durante una epidemia del personal médico en un hospital de esa ciudad.

Como todos sabemos, la actual pandemia se originó en China en la ciudad de Wuhan en diciembre 2019. Allí se registraron los primeros casos y de ahí se extendió a todo el   globo terráqueo.

Es bueno resaltar que en todas las epidemias virales hay aproximadamente un 2% de mortalidad, afectando siempre a poblaciones vulnerables como son los ancianos, las personas con enfermedades terminales etc. Y la República Dominicana, aunque con extremismos, no ha manejado mal la pandemia. Nuestra mortalidad está por debajo del 2%, es decir, igual o menor que todos los virus que nos han afectado.

Para entender la pandemia de coronavirus, tenemos que  irnos a Suecia, país que no le hizo caso a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las autoridades suecas decidieron no  sacrificar su economía y allí el confinamiento fue corto y muy flexible: sin toque de queda, sin cerrar las escuelas, bares, hoteles y restaurantes.

Solamente llamaron al distanciamiento y trabajo virtual donde fuera posible. El resultado fue que aunque al inicio tuvieron una alta mortalidad superior a un 5%, descubrieron que la letalidad del virus se presentaba en las personas mayores de 70 años y los más afectados fueron los asilos de ancianos y que la letalidad en los niños y jóvenes era casi nula, y no había necesidad de cerrar las escuelas.               

Quien suscribe tiene la convicción de que el coronavirus es una realidad y hay que tomar medidas para detenerlo, pero el pánico mundial ha sido creado intencionalmente con fines políticos y económicos.

Recordemos que a finales del 2000 se anunció el efecto Y2K Y se decía que el cambio del milenio dislocaría las computadoras y hasta los aviones y que había que cambiar los software, lo cual no ocurrió.

También hubo alarma con la epidemia del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Hasta hubo disputas entre Estados Unidos y Francia por el primer lugar en la identificación del virus.

En el plano económico la República Dominicana ya se canteó con una aportación de 10 millones de dólares para comprar por adelantado una vacuna que no se sabe si vendrá o se usará. Normalmente los virus pueden terminar produciendo anticuerpos de protección, y como nos ha visitado unas cuatro veces, es posible que esta vez se vaya de nuevo o se convierta en endémico y luego regrese con una nueva cepa.  En ese caso esta vacuna, si sale, no serviría de nada porque el virus ya habrá mutado

Es bueno saber que los norteamericanos, ingleses, rusos, chinos y judíos han estudiado minuciosamente los virus, principalmente los de la gripe común, para estar preparados para la llamada guerra bacteriológica  y cuando han producido vacunas para estos virus, han encontrado que la de este año no sirve para el siguiente porque el virus ha mutado.

Hay muchos laboratorios en el mundo compitiendo para producir la vacuna contra el coronavirus, pero  habría que saber qué parámetros tomó en cuenta el país para invertir tanto dinero en un laboratorio X sin tener estudios o datos convincentes de resultados reales.

Con el tiempo habrá mucho que decir del coronavirus y quizás nunca se conocerá la verdad o la mentira. Actualmente la población mundial se encuentra en un estado de histeria global y así no se puede entender nada.

Hay que esperar que la histeria pase para que los cerebros y los oídos se abran. Lo más posible es que si llega a salir lo haría cuando el virus ya  haya ido dejando la inmunidad de rebaño…

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