Verdades

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Por más que se quiera, los recursos técnicos y materiales, y la infraestructura que los aloje, serán siempre instrumentos al servicio del entusiasmo, el conocimiento y la motivación de quienes los manejen.

En esa virtud, la educación no es materia que pueda escapar de estas premisas, ni siquiera en los tiempos modernos, cuando los avances tecnológicos pueden suplantar en muchos aspectos al ser humano.

Lorenzo Guadamuz, un experto en materia de educación que desempeñó un papel de primera línea en la elaboración y aplicación del Plan Decenal de Educación, se expresa convencido de la importancia primaria de los actores para garantizar la calidad de la enseñanza.

En nuestro medio, la práctica ha demostrado que la motivación de los actores es capaz de salvar obstáculos y vencer precariedades materiales.

Hemos visto que a pesar de cuantiosas inversiones hechas en infraestructura y equipos de planteles escolares públicos, los índices de aprovechamiento de las horas de clase continúan siendo sorprendentemente bajos.

Y hemos visto que en destartalados locales, inclusive desprovistos de asientos, la tasa de aprovechamiento de los estudiantes es considerablemente alta.

– II –

En todo esto hay un común denominador que no debe su mérito a la cuantía de los recursos materiales e infraestructura puestos al servicio de la enseñanza.

En la medida en que ha ido evolucionando la economía y se ha ido modernizando el país, ha ido quedando en la retaguardia el maestro como actor principal en la enseñanza.

Muchos profesores, para poder subsistir, tienen que recurrir al pluriempleo, tomando tantos turnos o quintos de trabajo como le permitan las horas del día.

Es obvio que el profesor que tiene que ganarse la vida en estas condiciones, aunque le toque el mejor equipado de los planteles, carece de la motivación necesaria para garantizar la calidad de la enseñanza.

A pesar de lo que se alega muchas veces, los maestros tienen niveles salariales que no se corresponden con el papel que deben desempeñar, y buena parte del tiempo de clases tienen la mente ocupada en los problemas existenciales derivados de sus bajos ingresos.

Hay que invertir en la calidad de la educación, en la infraestructura escolar, en equipos y material didáctico, pero esta inversión, necesariamente, tiene que ir paralela a un tratamiento salarial justo y adecuado para los profesores.

No se puede soslayar la importancia de la motivación del maestro para garantizar la calidad de la enseñanza.

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