Vergi Rodríguez
Digna representante del arte dominicano

<STRONG>Vergi Rodríguez</STRONG><BR>Digna representante del arte dominicano

Por Renania Reyna
Fotografías: Iluminada Paulino

Su sencillez, juventud y la inocencia que transmite su mirada, por un instante  hace dudar que es justamente ella, la joven y talentosa dominicana que se ha convertido en la niña mimada de tantos artistas internacionales, y quien ha ofrecido sus conocimientos, algunas veces de coreógrafa y otras como bailarina a Janet Jackson, Jennifer López, Tito Puente, El General, Tres Equis, Bad Boy, Christina Aguilera, B2K, Whitney Houston, así como a las disqueras Emi Latin, Sony Disco, Elektra y BMG, hasta llegar a Hollywood.

En esta ocasión decidió hacer una pausa en su agitada agenda y pasar unas vacaciones en la República Dominicana, porque aunque Vergi Rodríguez es neoyorquina, sus padres son dominicanos y asegura sentirse muy orgullosa por la trayectoria de su carrera, pero más que nada de ser dominicana y haber logrado tanto como coreógrafa y bailarina.

“A mi corta edad he viajado por el mundo entero y he representado el pueblo dominicano con mucho orgullo”, agrega.

Desde muy pequeña, sabía que quería ser artista, aunque no lograba definir si actriz, cantante o coreógrafa. “Siempre había algo dentro de mí, empujándome en esa dirección y sabía que era algo artístico lo que quería hacer y ser. Mi madre me cuenta que a los tres años, cuando cambiaba la televisión, en vez de mirar muñequitos ponía la opera”, relata.

De todas las estrellas con la que ha trabajado se identifica más con Britney Spears, porque según afirma “he trabajado con ella en diferentes etapas de su carrera. Fui su bailarina cuando empezó, luego estuve en un comercial y después con su ultimo disco, y yo he visto de cerca su evolución como artista y me identifico  con el proceso, porque la gente cambia y siempre estamos cambiando”.

De sus metas confiesa que en un futuro le gustaría dar a conocer otras facetas de ella, ya que siempre ha escrito poesías y canciones, aunque ahora está enfocada en la coreografía.

Al preguntarle cómo asimila tanta responsabilidad siendo tan joven, y el  esfuerzo y la dedicación para llegar a donde se encuentra, revela que “siempre ha sido porque lo he querido y cuando consigues ese trabajo, o estás de gira y frente a miles de personas es una emoción inexplicable”.

Agrega que “aunque es un trabajo, y lo he logrado por mi esfuerzo, no lo siento como una presión o responsabilidad, sino como algo que quiero hacer y disfrutar. No podría decir que quiero hacer otra cosa, porque no es cierto. Me siento tan orgullosa conmigo misma de haber llegado tan lejos a mi corta edad y en tan poco tiempo, claro con la ayuda de mi mamá, Estela Cruz, quien siempre me apoyó y me dejó ser”.

Actualmente imparte clases de baile a jóvenes en Canadá y Estados Unidos, y estudia actuación para reforzar sus conocimientos.

La tranquilidad y seguridad de sus palabras hacen de ella una persona muy madura y que sabe a dónde va y lo que quiere en un mundo de grandes retos, por lo que aconseja a los jóvenes “enfocarse en la escuela, que siempre tengan el deseo de llegar y escuchen esa voz interior, porque si creen en Dios y tienen el deseo y la pasión podrán lograr sus metas”.

Sin mucho protocolo ni poses, transcurrió el encuentro que a simple vista podría parecer una encomienda más del oficio, pero no, al final dijimos adiós con la promesa de volvernos a encontrar y el orgullo de conocer una  dominicana Más allá de las fronteras, que hace camino al andar, sin mucho ruido más que el de su talento y esfuerzo.

Muy de cerca

Dios: Es todo y nunca me ha dejado

Pasatiempo: Escalar montañas

Le encanta: La comida dominicana

Un libro: Las formas de la vida, Julia Cameron

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