Versión nueva de antiguo refrán

Versión nueva de antiguo refrán

Hace más de cuatro décadas que recibí aquella sorpresiva llamada telefónica de una amiga residente en la ciudad de New York.

La hizo para informarme que una prima suya, a quien encomendó que atendiera en su visita al país a un hombre con quien estaba saliendo, se había involucrado sentimentalmente con él.

– Esa roba machos, prostituta de cuartería de patio, que era como hermana mía, me preguntó en una de sus cartas si tenía novio: le dije que sí, que era dominicano, estaba a punto de viajar para allá, y que le agradecería que lo atendiera durante su permanencia en el país. Parece que consideró que parte de su hospitalidad consistía en contemplar amaneceres juntos en playas, y desde las ventanas de algún motel. Pero no debería sorprenderme que haya actuado así, porque una de sus mejores amigas es un avioncito que se ha acostado con la mitad más uno de los hombres que conoce. Y un refrán muy cantaleteado expresa: dime con quien andas, y te diré quién eres.

Poco después compartía tragos con una amiga en el bailable y pegable restaurante Típico Najayo, cuando vi a la presunta usuaria de hombres ajenos entrar acompañada de un tipo de elevada estatura y contextura atlética.

Sin elegir mesa, comenzaron a bailar un bolero que interpretaba la orquesta, y lo hicieron estrechamente enlazados, como los contendores de la lucha olímpica.

Se posaron luego en una mesa cercana, y al verme, la chivirica se acercó junto al acompañante, a quien me presentó como su prometido.

De inmediato, y sin el menor rubor, dijo que aquel hombre había sostenido una relación amorosa con su parienta, sobre la cual manifestó que carecía de experiencia mundanal, pese a que la superaba en edad biológica.

– Cuando me pidió que atendiera a su novio pasó por alto que, dominicanamente hablando, decirle a una mujer que atienda a un hombre, puede significar que sostenga un romance con él. Además, este hombre es una especie de galán de telenovela romántica, y ella ignoró que los refranes tienen hoy modernas variantes- dijo, con sonrisa de oreja a oreja, antes de continuar su exposición.

-Mi pobre prima repite a menudo lo de dime con quien andas y te diré quien eres, pero no sabe que la nueva versión expresa: dime con quien andas, y si está bueno, me lo mandas. Por más que lo intenté, no pude frenar las carcajadas.

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