Vertederos y biogás

Vertederos y biogás

RAMÓN LEONARDO
En medio de una recurrente e interminable agudización de la crisis energética, una plataforma fiscal repleta de parches y un desorientado «plan de desarrollo» que luce no saber cuál es su norte y como expresa el dicho: «Cuando no sabes cuál es tu norte, todos los vientos son adversos», el gobierno, jugando con la frágil gobernabilidad, no parece aun decidido a dar los pasos precisos y contundentes para liberarse de la pesada y lastrante dependencia del petróleo.

Teniendo una ley que data de 1949, que nos permite mezclar el etanol con la gasolina hasta en una proporción de un 40%, hemos estado cerrando ingenios en lugar de buscar la diversificación. La energía solar que nos podría proporcionar el Caribe ardiente, todavía balbucea monosílabos de timidez y que decir de la energía generada por los vientos, la llamada «eólica», bien gracias ya nos vemos.

Pero además de la susodicha crisis energética que apaga las ciudades, con sus industrias, comercios y hogares por 12 y 16 horas, la basura contaminante, mal oliente y desquiciadora del ornato, se aglomera por doquier y las soluciones de manejo que se presentan no son las adecuadas para los tiempos actuales.

Si fuéramos capaces de enfrentar los problemas uno por uno y resolverlos de manera definitiva o a largo plazo, nuestro país usaría etanol en la transportación y la generación de energía. Tendríamos un plan alterno de transporte, para restringir el uso del carro privado cuando el petróleo sobrepase, por ejemplo, los 60,000 dólares el barril. Abriríamos el mercado de la generación y comercialización vertical de la energía a toda inversión por licitación a nivel municipal. Permitiríamos la importación directa de combustibles p.ara uso industrial y utilizaríamos la basura para generar biogás.

En este sentido, cerrar el vertedero de Rafey en Santiago, para abrir otro en el Naranjal o en cualquier otro lugar sin un programa de biometanización, es una falta increíble de visión gerencial de la basura.

Una planta de Biometanización con un programa de «reciclaje», para recuperar y vender materiales reusables, entre ellos plásticos, cartones, metales, vidrios, etc., sería el primer paso de un programa gerencial eficiente y eficaz para manejar la basura.

En esta planta, la basura transportada por los camiones, después del proceso de clasificación que permita recuperar los materiales reutilizables, sería sometida a un proceso de metanización en la que se obtiene el biogás que mezclando con el metano del vertedero se almacena para alimentar moto generadores que producirían energía eléctrica para iluminar las calles y las plazas de nuestras ciudades que hoy en oscuridad, sirven de escondrijo a la criminalidad.

Pero además, la otra parte de la basura del vertedero se convertiría en abono para la agricultura orgánica, que hoy amplia sus mercados y que es la real esperanza de la recuperación económica nacional. Se utilizaría también para la jardinería, la reforestación, etc.

En España, Brasil, Colombia, Chile, Costa Rica, se ha venido utilizando la Biometanización para evitar además la emisión a la atmósfera de miles de toneladas de gases de efecto invernadero.

Con esta nueva visión gerencial de la basura, de la cual no se ha hablado mucho en nuestros predios, el vertedero no es el lugar donde terminan muchas cosas… sino el lugar donde comienzan otras nuevas.

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