Vía Crucis virtual en Roma
para el papa Juan Pablo II

 Vía Crucis virtual en Roma <BR>para el papa Juan Pablo II

CIUDAD DEL VATICANO, Mar 25 (AFP) – En el día más solemne del cristianismo, el papa Juan Pablo II hizo una aparición virtual este viernes en las ceremonias de conmemoración de la crucifixión mediante una transmisión por vídeo.

El Papa apareció en varias ocasiones desde su capilla privada del Vaticano a través de un circuito cerrado de televisión ante los miles de creyentes que asistían al Vía Crucis nocturno en torno al Coliseo de Roma, donde se habían instalado varias pantallas gigantes.

Las imágenes del Papa mientras seguía la procesión desde el palacio apostólico fueron retransmitidas en directo por 54 cadenas de televisión de 39 países y vistas por millones de televidentes.

El Papa, que estaba sentado de espaldas, tenía una estola litúrgica como señal de que participaba en la ceremonia.

Durante la ceremonia el pontífice no pronunció palabra alguna y siguió concentrado el rito a través de una pantalla de televisión plana.

«Queridos hermanos y hermanas, estoy espiritualmente con ustedes en el Coliseo, un lugar que me trae muchos recuerdos y emociones», confió el Papa en un mensaje leído por el cardenal Camillo Ruini al inicio de la ceremonia.

«Estoy también cerca de todos aquellos que en estos momentos padecen sufrimientos. Rezo por cada uno de ellos», agregó.

«Ofrezco yo también mis sufrimientos para que se cumplan los designios de Dios y su palabra se abra camino entre la gente», aseguró en la misiva.

«Cruz, única esperanza», afirmó en la conmovedora oración en la que pidió: «Dános paciencia y valor y otorga la paz al mundo».

En el transcurso de la última estación, el Papa sostuvo en sus manos un crucifijo, uniéndose mentalmente a todos los creyentes para recordar las últimas horas de vida de Cristo.

Al Vía Crucis, que comenzó a las 20H15 GMT y duró una hora y media, asistieron miles de fieles, entre ellos muchos jóvenes, religiosos, monjas y turistas que oraron y marcharon con antorchas en sus manos alrededor del monumento romano pese al frío que reinaba en la ciudad eterna.

Por primera vez en su pontificado, el Papa no pudo asistir físicamente a la conmovedora procesión nocturna, pero siguió atentamente la ceremonia a través de medios tecnológicos, según las distintas conexiones de los canales de la televisión pública italiana, que mostraban al pontífice de espaldas y de costado, pero nunca de frente.

El pontífice fue sometido el 24 de febrero pasado a una traqueotomía para facilitarle la respiración tras una serie de crisis respiratorias y regresó al Vaticano el pasado 13 de marzo, donde se recupera lentamente.

Durante las pocas apariciones públicas que ha hecho ante la ventana de su oficina en el Vaticano, el Papa se ha limitado a bendecir a los fieles y no ha hablado.

Pese a su presencia virtual, algunos fieles que asistieron en Roma a la procesión se lamentaron por no haberlo podido verlo bien, debido a la falta de nitidez de las imágenes, a la muchedumbre y a la distancia.

«Siento no haber podido verlo bien, me pregunto si es él», comentó el romano Antonio Ferrara.

La procesión alrededor del célebre monumento romano, donde numerosos mártires perdieron la vida en los primeros años del cristianismo, fue instituida por el mismo Juan Pablo II, quien siempre la había presidido, inclusive desde que dejó de caminar hace unos tres años.

«Estoy muy triste porque la guía de la Iglesia no puede estar con nosotros y acompañar a Cristo en su pasión», confesó el seminarista argentino de Mendoza Franco Helbas.

En cada una de las 14 estaciones, se leyeron las reflexiones escritas este año por el influyente y papable cardenal alemán Joseph Ratzinger, quien hizo un análisis duro, de tono «apocalíptico», según los expertos, de la situación de la Iglesia y del mundo, devorado por el «mercantilismo».

«Líbranos del poder de la concupiscencia. En lugar de un corazón de piedra dános de nuevo un corazón de carne, un corazón capaz de ver. Destruye el poder de las ideologías, para que los hombres puedan reconocer que están entretejidas de mentiras», escribió para la séptima estación.

El cardenal, uno de los eclesiásticos más cercanos al Papa, quiso de todos modos tranquilizar a los católicos al asegurar el jueves que el pontífice «está lúcido y gobierna a la Iglesia».

«Claro que el Papa ha tenido que limitar sus actividades, pero ha conservado la capacidad de tomar decisiones fundamentales», comentó el purpurado, quien confirmó que el Papa no ha pensado jamás renunciar a su cargo.

Pese a ello, la prensa italiana está convencida de que en el Vaticano se respira un clima de fin de reinado, por lo que «se navega a vista, mientras la neblina aumenta».

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