Viabilidad de la economía

Viabilidad de la economía

Existe en una parte de la población una seria preocupación sobre el alto endeudamiento externo, la continuidad del déficit fiscal y la calidad del gasto público. Parece increíble que no exista más debate de otros problemas económicos y sociales, temas rurales, agrícolas, exportación, salarios, seguridad social, empleos y otros. Las preocupaciones vienen de los empresarios, profesionales y la oposición política. Creo que preocuparse y analizar la economía es un ejercicio propio de una democracia plural. Es siempre sano.

Me parece que no debemos ver el debate nacional, fuera del contexto internacional y la grave crisis de recesión económica que todavía sufre el mundo. En nuestro país se debaten los mismos problemas económicos, que son el diario de la controversia en Estados Unidos, Japón, Francia, Inglaterra, España y muchas otras naciones. El país y el Gobierno, navega dentro de una turbulencia internacional. A veces veo las críticas al Gobierno algo injustas y lleno de sensacionalismos alarmantes o de excesivo sectarismo militante.

No hay nada peor que los aspirantes a futuros ministros, son estridentes y sensacionalistas, desean ganar bonos frente al Jefe político. Pero cuando eran gobierno en el 2001, hicieron exactamente lo mismo, dos emisiones de bonos sin sentido o criterio, abusaron del endeudamiento externo, con déficit fiscales y gastos clientelistas. Fueron un fracaso. La diferencia es que entonces el mundo estaba en expansión, y ahora en larga secesión. Gran diferencia que no se toma en cuenta. Ahora en el mundo se debate si mantener planes de estímulos o no, o si es hora de recortar los gastos y comenzar los ajustes fiscales. Pero no hay respuesta unánime.

A mí también me preocupan ciertos aspectos de la política económica, pero los pondero dentro de las circunstancias globales y entre las opciones reales internas. Creo que debemos revisar la política de endeudamiento público. Esto es cierto. Igual creo que hay que mantener los planes de inversiones de estímulos. Para el 2010, cerca del 38% de los ingresos tributarios del Presupuesto se destinarán para amortizar la deuda pública, interna y externa. Eso no puede seguir igual. Ahora, para el 2011, ¿qué otra opción existe?, ¿deflacionar la economía bajando el gasto en RD$ 35,000 millones y agudizar una posible recesión? ¿Botar a la gente a la calle? ¿Parar las obras públicas o eliminar el subsidio a la energía?

Igual, estimo que es mejor para el país y el pueblo, mantener planes de estímulos vía déficit fiscales del orden de 4 % del PIB y bajarlo gradualmente, que reducir el gasto e inversiones por su costo social de desempleo y de crecimiento. Creo que es mejor seguir creciendo con más equidad cerca del 6 % del PIB. Al final, es el mismo dilema que tiene el presidente Obama, Zapatero, Cameron, y demás líderes. Ni el FMI tiene una solución coherente.

Me siento confiado que mientras el Gobierno cumpla con el Acuerdo de Stand-by con el FMI, por duro e injusto que sea, habrá viabilidad económica. El acuerdo nos obliga a bajar el déficit al 2.6 % del PIB al 2010 y 1.6 % al 2011, algo muy fuerte, pero a España le permiten un 6%, y Estados Unidos e Inglaterra que tienen un 10 % del PIB no le imponen cambiar. Hay que bajar ciertos gastos públicos superfluos, sobre todo mejorar su calidad y frenar nuevas deudas externas, salvo de los organismos internacionales. Pero esas reducciones y ajustes están cubiertas dentro del Stand-by. Ya están programadas. Y si están pactadas con el FMI. Entonces, ¿de qué hablamos?

La nación no está ni por asomo cerca de un derrumbe económico. Eso es una fantasía y deformación de campañas políticas. Confió en que el Equipo Económico de Montás, Bengoa y Valdez, saben hacer cumplir el Stand-by y frenar las presiones políticas. Lo han probado. La República navegará, como el resto del mundo, con problemas y limitaciones, pero sin colapsos ni fatalismos, que solo sirven para dañar la imagen del país. No deseo un sobre ajuste, que frenaría el desarrollo y la creación de empleos. Con cumplir con el FMI y sus metas basta, ahí tendremos la seguridad económica. Los socialdemócratas reales deben mantener esta línea y ser coherentes. 

La cifra

38 por ciento. De los ingresos del Presupuesto se destinarán para amortizar la deuda pública, interna y externa en el 2010. Eso no puede seguir igual. Ahora, para el 2011, ¿qué otra opción existe? ¿Deflacionar la economía bajando el gasto en RD$ 35,000 millones y agudizar una posible recesión?

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