Viacrucis de la atención primaria en salud

Viacrucis de la atención primaria en salud

En la histórica reunión convocada por la Organización Mundial de la Salud en Alma-Ata en 1978, se definió la atención primaria en salud, de la siguiente manera: “ Es la asistencia sanitaria esencial basada en métodos y tecnologías prácticos, científicamente fundados y socialmente aceptables, puestas al alcance de todos los individuos y familias de la comunidad mediante su plena participación y a un costo que la comunidad y el país puedan soportar, en todas y cada una de las etapas de su desarrollo con un espíritu de autorresponsabilidad y autodeterminación. La atención primaria forma parte integrante tanto del sistema nacional de salud, del que constituye la función central y el núcleo principal, como del desarrollo social y económico global de la comunidad”.
Para el siglo XXI el mismo organismo internacional diríamos que redefine el concepto de Atención Primaria cuando lo expresa de esta forma: “Un sistema sanitario basado en la atención primaria de salud orienta sus estructuras y funciones hacia los valores de la equidad y la solidaridad social, y el derecho de todo ser humano a gozar del grado máximo de salud que se pueda lograr sin distinción de raza, religión, ideología política o condición económica o social. Los principios que se requieren para mantener un sistema de esta naturaleza son la capacidad de responder equitativa y eficientemente a las necesidades sanitarias de los ciudadanos, incluida la capacidad de vigilar el avance para el mejoramiento y la renovación continua, la responsabilidad y obligación de los gobiernos de rendir cuentas, la sostenibilidad, la participación; la orientación hacia las normas más elevadas de calidad y seguridad; y la puesta en práctica de intervenciones intersectoriales”.
¿A qué se debe el que en la República Dominicana hayan transcurrido casi dos décadas luego de la promulgación de la ley que sustenta tan nobles principios, sin que aún haya cristalizado el accionar? Dolorosamente debemos admitir que el camino tortuoso, espinoso y confuso por el que transita la ley es el de la confrontación, la simulación y la poca sinceridad entre los actores. Cada una de las partes argumenta atendiendo a su conveniencia. La gran ausente, paradójicamente la mayoritaria, es la inmensa población sin servicio o con atenciones precarias y de baja calidad. Se han agregado elementos distorsionadores que no estuvieron presentes en la conferencia de Alma-Ata. El neoliberalismo hundió sus garras en el pastel del negocio sanitario.
De la noche a la mañana nuevas entidades financieras se han alzado con el santo y la limosna hasta convertirse en las agencias que deciden el a quién, qué tratar, cuánto, cuando, como y donde tratar a las personas que se enferman.
El esfuerzo mayor de la atención primaria se centra en el sujeto, la familia y el entorno social como un todo, al cual debemos mantener sano y activo. Promover hábitos saludables; aplicar vacunas para prevenir enfermedades; atender el embarazo y las enfermedades comunes como la gripe, la diabetes, la hipertensión y la epilepsia, entre otras, son las tareas nodales del nuevo modelo. En el primer nivel de cuidados se tratan tempranamente las dolencias no complicadas, refiriéndose a los especialistas aquellos casos que ameritan estudios y terapias complejas.
Con el caduco sistema imperante la gente sólo visita al facultativo cuando se enferma. El modelo de la atención primaria tiene como meta principal la noble tarea de mantener a la población sana.

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