Viajando seguro

Viajando seguro

Nunca como en estos tiempos hemos tenido la capacidad de desplazarnos de un lugar a otro del globo terráqueo: cada vez viajamos con más frecuencia, de manera más rápida, y a lugares más distantes. La Organización Mundial del Turismo viene constatando un crecimiento continuo de los viajes internacionales desde finales del decenio de 1980.

Las razones de los desplazamientos internacionales son múltiples: migratorias, militares, turísticas, comerciales, laborales, asistencia humanitaria, pero todas tienen algo en común y es que si no se toman precauciones adecuadas suponen un riesgo para la salud de los viajeros. Sobre todo si se desplazan a las regiones tropicales y a países en vías de desarrollo.

Hoy día ningún punto de la Tierra dista de otro más de 36 horas de viaje, tiempo inferior al período de incubación de la mayoría de las dolencias infecciosas. Se calcula que por cada 100.000 viajeros al mes que van a los trópicos, 50.000 sufrirán un problema de salud.

Por ello los expertos médicos –cuyas recomendaciones pueden consultarse en las páginas web www.viajarsano.com y www.viajartranquilo.com– aconsejan informarse antes de partir y seguir una serie de recomendaciones fundamentales para evitar sobresaltos.

Lo que nunca debe olvidar

Consulte a un Centro especializado en Medicina del Viajero, al menos cuatro semanas antes del viaje, para conocer los riesgos sanitarios y así para poder adoptar las mejores medidas preventivas, e informarse sobre los requisitos sanitarios para entrar al país de destino.

Toda la medicación que vaya a utilizar debe llevarla en el equipaje de mano y estar fácilmente accesible en todo momento, y debe aplicarse las vacunas adecuadas, ya que son la mejor medida preventiva para evitar algunas enfermedades.

Es necesario extremar las precauciones con los alimentos, los cuales, en caso de sospecha, así como con las bebidas, NO DEBEN SER TOMADOS. Vigile también los baños, ya que el agua es el vehículo de transmisión de muchas infecciones, al igual que los insectos, cuyas picaduras hay que evitar y prevenir.

Si a su regreso presenta algún síntoma que afecte su salud, acuda a su médico informándole del viaje realizado.

LO QUE DEBE SABER SI VIAJA CON NIÑOS

Los pequeños son especialmente sensibles a la radiación ultravioleta y se deshidratan más fácilmente. Los viajes en avión pueden provocar molestias a los bebés debido a los cambios de presión de aire en la cabina y de altitud.

Acuérdese que están contraindicados para los menores de 7 días. Además, los bebés y niños y son más susceptibles a muchas enfermedades infecciosas.

Por ello hay que programar el viaje y organizarlo, pensando específicamente en los pequeños al elegir el equipaje. Nunca debe de faltar una ropa adecuada porque el cuerpo infantil no regula como el adulto los cambios de temperatura.

Especial atención hay que prestar a la piel de los niños, ya que es muy sensible a las agresiones externas: para protegerla del sol es imprescindible usar una crema adecuada, utilizar ropa de algodón o fibras naturales y procurar mantener el baño diario.

DURANTE EL EMBARAZO

Según la doctora Victoria López-Rodó, del departamento de Obstetricia y Ginecología del Instituto Universitario Dexeus de Barcelona, España, «estar embarazada, no impide viajar, pero es una condición fisiológica que requiere adoptar unas medidas especiales de precaución».

En general, hasta los 8 meses las embarazadas no tienen ningún impedimento, pero aún así, se debe individualizar cada caso. Hay condiciones especiales, como los malos antecedentes obstétricos u otros factores de riesgo que pueden poner su salud o la de su hijo en peligro, como por ejemplo, los antecedentes de embarazo ectópico o de rotura prematura de membranas.

Los vuelos comerciales son normalmente seguros para la madre y el feto. Sin embargo, no se recomienda viajar en avión durante el último mes de embarazo y hasta pasados 7 días después del parto.

ABUELOS VIAJEROS, UN CASO ESPECIAL

La edad avanzada no es necesariamente una contraindicación para el viaje si el estado general de salud es bueno. Las personas ancianas deben pedir consejo médico antes de planificar un viaje de larga distancia, preparar adecuadamente el botiquín de viaje y llevar un informe médico en el que se especifiquen los medicamentos que toman.

En los viajes en avión deberán tomar muchos líquidos, comida ligera y moverse frecuentemente por los pasillos de la aeronave.

La inmovilidad prolongada, especialmente cuando la persona está sentada, puede dar lugar a hinchazón, rigidez y molestias en las piernas, predisponer a la formación de coágulos de sangre en las venas. Para prevenirla se aconseja realizar ejercicios simples a intervalos frecuentes durante el vuelo, y usar medias de compresión gradual, así como una ropa suelta y cómoda.

Debido a la edad, es más difícil adaptarse al clima cálido y al cansancio, por lo que es muy importante seleccionar el tipo de viaje, su duración, el destino y organización.

ENFERMOS CRÓNICOS

Los cambios físicos y medioambientales asociados a un viaje internacional pueden incrementar los riesgos sanitarios que poseen ya de base las personas con enfermedades crónicas.

El cambio de horario, la repentina exposición a considerables cambios de altitud, humedad, flora microbiana y temperatura, el estrés y la fatiga del viajero, pueden desestabilizar su patología. Por ello, los afectados por un problema como la diabetes o la hipertensión, deben planificar con tiempo el viaje para que su médico especialista adopte las medidas oportunas, y llevar una identificación visible, que informe de sus datos personales y la enfermedad que padece.

También es aconsejable llevar un informe médico, preferentemente en inglés, explicando su situación actual, la medicación que se está tomando y las dosis prescritas, así como el nombre y datos de contacto de su médico.

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