Viaje al ayer y al futuro

Viaje al ayer y al futuro

Evocar el pasado cuando nos trae aquellos bellos recuerdos de la niñez genera un estado emocional que solamente una poetisa con alma sensorial y técnica de abstracción métrica es capaz de expresar con la escritura.

Más de seis décadas sepultadas en la memoria cortical han sido desenterradas por la magia de Ofelia Berrido, hija de la ciudad corazón. Quizás sin saber lo que hacía, esta mujer puso en mis manos Pájaros del Olvido, no dándose cuenta que ponía las llaves de su casa en las manos de un ladrón. Mi instinto de lector delincuencial compulsivo me llevó a penetrar en lo inmediato al interior del compendio poemario.

Entre a una de las habitaciones rotulada La marchanta, allí me transporté a los años cincuenta del pasado siglo. Apenas un párvulo escuchaba durante las alboradas primaverales en la cercanía del Yaque dormilón a la humilde cibaeña  que montada en su borrico pregonaba: Llevo las azucenas, rosas y claveles; también llevo las gardenias y los lirios.   Pero dejemos que sea el hada madrina Ofelia quien evoque mi pretérito: “Deshojada la madrugada…/ la criatura cabalga atada a su cintura;/ es el aliento que equilibra/ la vida contra la agonía. / Canta, la madre canta…/ Canta un lamento, / mientras la noche cae sobre su sufrimiento./ Maní, maní, maní, maní…/Maní, dulce de ajonjolí y maní…/ Maní, maní, maní”.   Ofelia Antillana estoy confundido. No sé si ubicarte en la ciudad de los treinta caballeros, si en Borinquen, o en Cubita la bella; probablemente es que eres ave  de amplio vuelo.

Amiga Berrido: su casa poética es un museo. Permítame entrar al salón Quantum que honra al humanista pacifista Albert Einstein. Allí descubro vuestro maravilloso pincel cuando dibuja: “Soy…/ No soy…/ ¿Quién soy?/ Partícula del tiempo/ sin tiempo; / Apego, libertad, / ilusión y realidad. / Soy el gran movimiento. / Soy la inercia. / Soy el Todo y la nada; / recuerdo y olvido…/ ¿Quién soy? / Luz, verbo… / ¿No me reconoces? / Soy vos…”. Compañera Ofelia autorízame a truncar tu Clamor: “Ilumina lentamente los siete eslabones, /  la ruta hasta el  castillo sagrado:/ Sabiduría, seducción, vida;/ hombre, poder, dragón alado;/ guardiana de las aguas de la vida,/ mujer sabiduría…/ ¡Sabiduría!/ Custodia del manantial,/ diosa virgen, matriz sagrada,/ huevo del mundo, creación y aliento…/ Paloma que se cierne sobre el océano,/ cielo, rayo…/ danos VIDA”.  “Muero./ Esparce semillas en mi tumba…/ quiero florecer”.

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