Viajeros
El drama humano de la emigración, su oscura parte de mar ¿Y el resto?…

<STRONG>Viajeros </STRONG><BR>El drama humano de la emigración, su oscura parte de mar ¿Y el resto?…

POR CARLOS FRANCISCO ELÍAS
Las visiones críticas compasivas, no llevan por buen camino, si este aserto no se entiende bien, que se averigúe cómo progresó el cine argentino, el cine mexicano o el brasileño. Que solo se averigue ese dato.

Los cines nacionales tienen altas y bajas, en la medida que en su filmografía es posible constatar cómo quienes hacen cine van haciéndose dueño de la práctica del oficio, en los países donde hay escuelas de cine, eso según se graduan las generaciones,  es más perceptible en una gradación de madurez que permite cotejar el talento nacional en sus comienzos.

De hecho, hay veces que se miden los éxitos de las películas según las generaciones salidas de las escuelas. Cada promoción produce tres o dos buenos cineastas, sean hombres o mujeres.

En la construcción del cine nacional en la República Dominicana, esta labor se hace mucho más difícil, porque en las producciones esporádicas el marco para evaluar es un mar del azar en materia de conocimiento o práctica.

Si decir esto es una blasfemia (¡Oh!) he blasfemado…

Viajeros / El drama humano sin causa ni orígenes o nos hacen falta guionistas.

En esa búsqueda desesperada del cine nacional, aparece ‘Viajeros’ (2006) dirigida por Carlos Bidó y producida y actuada por José Ramon Diaz.

La película propone una historia que desde su inicio hasta el final, obliga a buscar su sentido verosimil como historia propuesta y narrada.

Se debe tener en cuenta que la película acentúa su interés en el “drama humano”, de los dominicanos y dominicanas que emigran con cierta vocación suicida clandestina, angustiados por vivir situaciones sociales extremas en un medio con el que hacen rupturas definitivas, son seres cuyos perfiles pertenecen a ese mundo de la llamada exclusión social, nada tienen que perder, no ser sus vidas, porque lo azaroso de su realidad les supera y en cierta medida estas decisiones se toman en los trances trágicos que la vida cotidiana de estos seres alimenta.

Grosso modo, en este perfil encontramos involucrados a todos los personajes de ‘Viajeros’ (2006).

El filme ha elegido una una historia social, sus personajes tienen ese autoretrato de la marginalidad dominicana, pura y dura.

Pero me parece justo como espectador mientras miro la película en pensar en algunos caso reales, en consecuencia parece que la película me atrapa en la descripcion de su “drama humano”, pero no de repente, cuando sospecho que voy a coincidir me doy cuenta de que para esos retratos humanos y sociales sean creibles, el soporte histriónico será crucial, irrenunciable.

He ahí la trampa visual de los dramas sociales frente a la pantalla: ¿quien los puede hacer creibles y verosimiles?…

¿Un desbalance entre los actores que logran ser representativos y los que no lo son, puede arruinar la credbilidad de un “drama humano”?…

O algo peor: ¿Cuando un actor con oficio ejerce su rol en una película, qué sucede cuando se encuentra en el vacío, porque su interlocutor no responde con la misma destreza?

¿No va esto en detrimento de todo el discurso general que las imágenes deben transmitir al espectador que inmerso en el drama, espera ser absorbido por el mismo a partir de una línea visual y emocional de lo que mira más allá de su vista, porque su mirada es emocional?…

Los dramas sociales sin actores que los expresen se convierten panfletos visuales, sin fuerza o desbalanceados en sus expresiones o proposiciones al público.

Suponiendo que el concepto de guión hubiera sido interesante y no deficiente, a veces con buenas actuaciones malas conceptualizaciones se salvan por accidente histrónico, porque eso el público lo compra y lo sigue.

Un drama social planteado en la pantalla sin buenos soportes histriónicos, transmite un cuadro de comedia cualquiera de mala factura televisiva y el aura emocional de lo social se cae o se hace humor involuntario, huelgan los ejemplos fallidos en este género: porque en la pantalla lo social no es solamente el entorno, el entorno es un símbolo para que los personajes dramaticen sensaciones acorde con el mismo.

Hay otra situación, que no estaría demás destacar: mientras ‘Pasaje de Ida’ (1988), dirigida por Alglisberto Meléndez, trata de reproducir un hecho concreto, hace una crónica de una tragedia cuyo origen es el mismo que hace posible ‘Viajeros’ (2006), en la medida que la temática migratoria vincula a las dos películas por encima de la distancia del tiempo, en Viajeros hay un condicionamiento previo, el de las historias cruzadas, previo a la tragedia como parte de su desarrollo.

En el cruce de esas historias el guión pudo habermos dados asomos de información, sobre el origen del drama, sin buscar soluciones, no es el fin de una película, pero la compensación de la tragedia como desenlace pedía un poco de referencias del origen del “drama humano”, que la película hace desesperados esfuerzos por bien narrar.

Cuando se elige el drama social, eso lo enseña el neorrealismo italiano, si no hay una pizca de verosimilitud lo extraido de la vida cotidiana, por más real que sea tomado de la realidad social misma, se cae la idea, ejemplo con éxito y logro reciente el trabajo de Fernando Pérez en la película ‘Suite Habana’ (2003), aunque no sea del género de ficción, da una cátedra de lo que puede ser en el cine contemporáneo el manejo de lo social.

VIAJEROS: PROYECTO FíLMICO, ACTORES, Y RESULTADOS

Un equipo de película, es un equipo, no puede, como los canes, mirarse el rabo a sí mismo, tendría que dar muchas vueltas, descansar mirar la luna y dar mas vueltas.

Ellos pueden tener la mística para hacer un proyecto, llevarlo hasta su destino final, asimiendolo como un reto personal, ello es loable y admirable también, revela entrega y dedicación, creo que este equipo lo ha tenido.

Pero el cine desde tiempos inmemoriables, se hace para un público, no se hace para el mismo equipo que lo filma y lo actúa, a no ser que el narcisismo ciego (que a veces lo hay en ese cine nacional, que se mira el ombligo antes que mirar el futuro) permita lapsus para cambiar roles que son imposibles: el equipo es el equipo, el espectador es el espectador, eso nunca cambiará…

Entonces, todos nunca miraremos ‘Viajeros’ (2006) con los mismos ojos, cada sensibilidad y forma de leer tiene una lectura, un equipo muestra madurez, cuando puede respetar eso, porque ni en el autobombo televisivo o radial, los aciertos que la película pudiera tener (si los tuviera) o sus errores serán resueltos…

Viajeros es un ensayo planteado con seriedad, que el resultado sea fallido, eso es otra cosa.

No quiero terminar sin señalar que en materia de elenco, pesea todo, hay aciertos en la película, personajes como el Arturo López , el capitan peje, o la presencia breve pero interesante de Sharlene Taule, a quien no conozco, lleva a uno pensar que estos son comienzos y que como tales, deben ser visto, sin dejar uno de escribir por paternalismo lo que piensa.

Por asuntos de rigurosidad, un artículo especial sobre la música de ‘Viajeros’ (2006), se impone.

No creo que la música como tal sea mala, ese no es el problema a debatir, el asunto es mucho más complejo que eso, mucho más.

Si se mira en conjunto, Viajeros es otro ensayo más del cine dominicano en su búsqueda desenfrenada de lógica y de ser, ser cine de verdad… (Cfe)

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