Vice de EU busca apoyo

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TABUK, Arabia Saudita (AFP).- El vicepresidente norteamericano Dick Cheney realizó este sábado una visita a Arabia Saudita con el objetivo de pedir la ayuda de ese poderoso país del Golfo para pacificar Irak.

Cheney, que venía de los Emiratos Arabes Unidos, fue recibido por el príncipe heredero saudita, Sultán Ben Abdel Aziz, a su llegada al atardecer a Tabuk, norte, donde debía reunirse con el rey Abdalá antes de terminar su breve visita al país. Antes de llegar a Arabia Saudita y en el marco de su gira regional que comenzó el miércoles en Irak, Cheney hizo una escala este sábado en los Emiratos Arabes Unidos donde se reunió con el presidente, Jalifa Ben Zayed Al Nahyan, el primer ministro, Mohamad Ben Rached Al Maktum, y el príncipe heredero, jeque Mohammad Ben Zayed Al-Nahyan.

El domingo Cheney irá a Egipto y Jordania, donde concluirá su ronda de contactos con los aliados árabes para favorecer la participación de la minoría sunita en el proceso político de Irak y contener la influencia del Irán chiita.

Responsables y analistas estadounidenses creen que las violencias sectarias entre sunitas y chiitas en Irak están fomentadas por Arabia Saudita, cuna del movimiento sunita, y por Irán, que apoya a las milicias chiitas.

   “Yo no creo que se trate de una guerra por procuración, no creo que éste sea el caso actualmente”, había dicho el jueves Cheney a la cadena estadounidense Fox News.

   En su etapa saudita el vicepresidente quiere reforzar los lazos que unen a Estados Unidos con ese país desde la guerra del Golfo de 1991 y sus acuerdos petroleros, para volver a la sintonía alterada por la crisis iraquí.

   A finales de marzo, en la cumbre de la Liga Arabe en Riad, el rey Abdalá hizo una llamativa crítica a Estados Unidos al subrayar la “ilegítima ocupación extranjera” de Irak y acusó a las “fuerzas extranjeras” de querer imponer el futuro de Oriente Medio.

   A finales de noviembre de 2006, un responsable político saudita había advertido que su país intervendría en Irak para proteger a los sunitas en caso de retirada precipitada de los estadounidenses de ese país.

   Por su parte, el monarca saudita se ha negado a recibir al primer ministro iraquí, el chiita Nuri al Maliki, por considerarlo responsable de agravar las divisiones sectarias en su país, según un diplomático árabe.

   Estados Unidos destaca no obstante que “globalmente, la dirección saudita (en la región) es una cosa muy buena, dada la solidez de las relaciones” bilaterales, según un asesor de Cheney que pidió guardar el anonimato.

   La Casa Blanca quiere tener un aliado de peso para aislar a Irán, al que además Estados Unidos acusa de desarrollar un plan de armamento nuclear, oculto tras su programa de energía atómica con fines civiles.

   “Nos situaremos junto a otros (países) para impedir que Irán tenga armas nucleares y domine esta región”, declaró el viernes Cheney ante militares estadounidenses a bordo de un portaaviones en el Golfo, antes de iniciar su visita a los Emiratos Arabes Unidos.

   El presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, es esperado el domingo y el lunes en los Emiratos Arabes Unidos y en Omán para hablar sobre Irak y el programa nuclear iraní.

   Según un responsable estadounidense, la visita de Ahmadinejad fue abordada durante las conversaciones que sostuvo Cheney en los Emiratos Arabes Unidos con el presidente, el primer ministro y el príncipe heredero.

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