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LIMA (AFP).- El vicepresidente David Waisman, que reemplaza al presidente Alejandro Toledo, de visita oficial en China, ha desatado revuelo en Perú por su presunto afán mediático, un estilo particular de resolver problemas y por calificar de «chismosos» a ministros, disconformes con su pasajera gestión.
Waisman sorprendió a los peruanos al señalar que hay ministros «chismosos» que salen a la prensa a difundir aspectos que se tratan en privado en reuniones de gabinete, donde nadie es capaz de decirle las cosas en su cara.
«En reunión de gabinete todo es lindo, hay armonía, no hay ninguna crítica contra mí, pero luego se filtran a la prensa cosas que son mentiras y eso es chismografía barata que no puede estar a nivel de los ministros», se quejó este jueves.
«No acuso a todos, pero por ahí debe haber un ministro chismoso que no sé quien es, que saca estas informaciones», precisó molesto, a la vez que denunció que hay «cierta prensa» que lo denigra y que busca enlodar su imagen.
Waisman, ex ministro de defensa y también congresista, es un personaje controvertido, temperamental y pintoresco que se ha hecho popular por el apelativo de «payasito» que le puso el programa cómico ‘Los Chistosos’, el más popular de Lima, que difunde diariamente la emisora radial RPP.
Personajes del gobierno han dejado entrever que la solución que está dando Waisman a problemas de gremios en huelga comprometen el equilibrio fiscal al ceder a demandas remunerativas.
Waisman solucionó el miércoles una huelga de los trabajadores del sector Salud en un acto realizado en palacio de Gobierno, en medio de los aplausos de los trabajadores de esa rama.
Antes, puso fin a otros tres conflictos, de productores de papa, de algodoneros y de enfermeras. «Estoy solucionando gravísimos problemas», refirió en medio del rechinar de dientes de los funcionarios del ministerio de Economía.
El vicepresidente confesó que para solucionar problemas tuvo que darle «una palmadita en la mano» al ministro de Economía, Pedro Pablo Kuczynski, quien tiene -según agregó- «algunos asesores sin sensibilidad».
El titular de Economía ha advertido que «no es una fábrica de dinero» y en tono como para frenar a Waisman advirtió que «ya no se pueden seguir haciendo aumentos hasta el próximo año».
«Hay que decir punto y aparte, de lo contrario uno va hacia el dispendio, entonces se echará todo por la borda y eso es algo que ningún peruano quiere», remarcó Kuczynski.
Sin embargo, Waisman volvió a la carga y, dirigiéndose a sus detractores, dijo que, cuando asumió el despacho presidencial, al viajar Toledo la semana pasada en un largo viaje a China y al Medio Oriente, encontró que había desorden, violencia, bloqueos de caminos y diversas protestas.
«Pero ahora hay paz, orden y tranquilidad, y eso se logró con diálogo y sin recurrir a la violencia», dijo.
«El Perú quiere eso, eso le he dado y por eso me critican», añadió, precisando que hace todos los esfuerzos para cumplir las promesas del gobierno.
Al entenderse esa declaración como una velada crítica al presidente Toledo, acusado de incumplir sus promesas por la oposición, Waisman anotó que el mandatario hace todo lo posible pero que ha habido gente que no lo ha ayudado.
En todo caso, dijo que cada cual tiene su estilo de asumir las dificultades.
Mientras tanto, desde China, Toledo ha declarado que está al tanto de lo que pasa en el país y en contacto con el vicepresidente.
«Yo hago las consultas respectivas y cruzo información, pero las decisiones las tomo yo», puntualizó Toledo, quien retornará la próxima semana a Lima.
