El vicepresidente Rafael Alburquerque afirmó ayer en Ginebra, Suiza, que la crisis mundial actual obliga a los Estados a ser más fuertes para fiscalizar y trazar las normas de los mercados y evitar su autodestrucción como lo ha hecho el neoliberalismo.
Dijo que la crisis económica mundial fue provocada por la voracidad de un modelo económico de globalización, que como el neoliberalismo, exageró la capacidad del mercado y confió en su autorregulación, sin la intervención del Estado.
Sostuvo el vicepresidente que se privó al Estado de sus instrumentos de regulación y control.
Al hablar en la Conferencia Anual Internacional del Trabajo que se celebra en Suiza, Alburquerque manifestó que el Gobierno se ha esforzado para amainar los efectos de la crisis.
A su juicio la mitigación de la situación económica se hizo mediante una política de preservación y creación de nuevos empleos, fundamentada en la expansión del crédito, con bajas tasas de intereses y apoyo a las pequeñas empresas.
Lo que asegura sigue en pie.