La vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández ofreció ayer un almuerzo para decenas de niños y adolescentes desamparados, que viven en las calles y huérfanos, donde declaró que acogen 800 mil familias en los programas de solidaridad del Gobierno y que buscan lograr la seguridad alimentaria y la reducción de la desnutrición.

En el encuentro que hace desde hace 11 años, con motivo de la Navidad, Cedeño de Fernández pidió que el espíritu de este tiempo impregne los corazones, llegue a los hogares, y “que se conserven los valores que son los que nos harán vivir en paz, que es lo que estamos procurando, que es lo que estamos necesitando, paz, armonía, tolerancia para la familia dominicana”.

Dijo que comparten la alegría de la Navidad con niños en situaciones de vulnerabilidad, “que todos queremos rescatar”. Exhortó practicar la solidaridad con los más necesitados.

De su lado, el sacerdote Juan Linares, director de la Fundación Salesiana Don Bosco, afirmó que todavía la niñez está muy desatendida en muchas cosas.

Expresó que el país no se puede dar el lujo de permitir que niños tengan que trabajar porque pasan hambre y no tienen una recreación sana.

“El niño, cuando se le pasa su edad, ha perdido la oportunidad. Siempre, llegaremos tarde. Cuando somos mayores, entre 40 años y 45 años, podemos esperar y perder un par de año, pero la niñez no puede, porque deja de ser niño, y lo que es de niños, tiene luego, un potencial enorme para el futuro”, analizó.

Expresó que falta mucho por hacer para la niñez, como en la educación.

Linares valoró el símbolo del almuerzo que sirvió Cedeño de Fernández a los niños y adolescentes en condiciones de vulnerabilidad en la explanada de la Biblioteca Infantil y Juvenil República Dominicana en compañía de su hija Yolanda América Fernández y de estudiantes del colegio Saint George.

La comida fue preparada para 500 niños de entre 8 y 14 años, procedentes del Distrito Nacional, Boca Chiva y Villa Altagracia. Los niños son de familias muy pobres y otros huérfanos a causa de tragedias como los feminicidios. Contó además con la participación de periodistas y comunicadores sociales. La animación del encuentro estuvo a cargo del payaso Alambrito, la artista infantil “la Tía Nancy”, Santa Claus con sus duendes y los tres Reyes Magos.

El gusto por el plato de Navidad. Concentrada en las ocurrencias de Santa Claus estaba Rosa Iris Lugo, una pequeña de 10 años que viajó desde el municipio de Boca Chica con su hermano de 20 años y su amiga Darianna Domínguez, de 11 años. No degustó el almuerzo. Ante la pregunta de qué pasó, dijo: que no le gustó.

Creo que fue la única que no quiso, añadió Darianna, quien apreció la carne, la ensalada con frutas, el pan, los refrescos y las golosinas. Luego, esperaron los regalos de Santa Claus.

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Vida de un niño

Jokelvin Hernández, de 13 años, salió de la fila alegre con su plato con alimentos propios de la Navidad. Detrás de su sonrisa, venía el drama, que nos contó: su padre murió hace dos meses y medio, a consecuencia de una neumonía. Mientras se acomodaba en una silla de mesa redonda, decorada con un diminuto árbol de Navidad, artificial y bolas de colores, dijo que llegó al almuerzo por invitación de una vecina, madre de su amiga. Su madre arregla uñas en la casa y él, gana dos mil pesos al mes en la cafetería de su tío.