VICEPRESIDENTE RAFAEL ALBURQUERQUE
Gobierno invirtió el año pasado 634 millones en planes sociales

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POR LEONORA RAMÍREZ S.
A través del programa “Solidaridad”, el gobierno invirtió el pasado 2005, RD$576,489,650, para beneficiar a 193,988 familias en todo el país que están incluidas solamente en el componente  “Comer es Primero”, según explicó ayer Rafael Alburquerque,  vicepresidente de la República. Hasta febrero de este 2006, la ayuda se extendió a 196,000 hogares, resaltó el funcionario.

La segunda categoría del programa Solidaridad, que comenzó a aplicarse en diciembre del 2005, es el denominado “Incentivo a la Asistencia Escolar”, mediante el cual reciben asistencia 31,826 familias de diez provincias, entre las que, añadió, se distribuyeron en el referido mes RD$57,286,800.

“En ambos programas se invirtieron en el 2005, RD$633,776,450”, dijo Alburquerque en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.

Al explicar el inicio del programa Solidaridad resaltó que, al  iniciarse el gobierno en agosto del 2004, el presidente Leonel Fernández le pidió que coordinara el gabinete social, lo cual implicaba, precisó, organizar los programas de carácter social que ejecutan diversas Secretarías de Estado y el establecimiento de una red de protección social.

“Hemos estado trabajando en ello con las diferentes Secretarías, con miras a articular programas que sean mucho más eficaces y evitar que anden dispersas las iniciativas”, dijo.

 En lo que respecta al área de la protección social, manifestó que el gobierno tomó la decisión de establecer el programa Solidaridad, “que ha sido respaldado por las Naciones Unidas y que en términos similares se aplica en Brasil, Paraguay, Chile, México, Nicaragua y El Salvador”.

COMO SE HIZO EL PROCESO

Explicó que para aplicar Solidaridad se dieron varios pasos, pues primero,  la Oficina Nacional de Planificación (ONAPLAN) elaboró un mapa de la pobreza que permitió situar las comunidades urbanas y rurales pobres.

Posteriormente, añadió, con la asistencia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)  y de varios organismos no gubernamentales, se aplicaron encuestas para hacer un censo sobre la pobreza que dio pie al Sistema Unico de Beneficiarios (SIUBEN).

“En ese proceso intervinieron el obispado de San Pedro de Macorís,  las  iglesias católicas de San Cristóbal y San Juan de la Maguana, la iglesia evangélica de Santiago, y el Instituto de Desarrollo del Noroeste (INDENOR)”.

Concluido el censo, recuerda, la Administradora de Subsidios Sociales hizo un concurso público, monitoreado por la ONU, mediante el cual se seleccionaron las entidades bancarias que emitirían las tarjetas electrónicas para la compra de alimentos.

Dijo que fueron seleccionados el Banco de Reservas, la Asociación Popular de Ahorros y Préstamos, la Asociación Nacional de Ahorros y Préstamos y la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos.

CON NOMBRE Y APELLIDO

Alburquerque explicó, además, que esas tarjetas electrónicas se entregan con  los nombres de los seleccionados, por lo que el papel del gobierno es  únicamente distribuirlas entre los beneficiados.

Las mismas cubren los componentes “Comer es Primero”  e “Incentivo a la Asistencia Escolar”.

A través del primero, explicó, el usuario cuenta con RD$550 al mes para adquirir alimentos en los 989 colmados afiliados en todo el país.

“Los que tienen hijos y que participan del Incentivo a la Asistencia Escolar, de RD$300 a RD$600 adicionales, dependiendo de la cantidad niños que tengan, y que se pueden usar para comprar cuadernos, zapatos y ropa”, añadió.

No pueden acceder a esa ayuda los niños que no estén declarados, dijo el vicepresidente, al resaltar que las familias tienen que asumir compromisos para recibir las ayudas, entre estos la vacunación de los infantes de cero a cinco años, y un 85% de asistencia para los que van a la escuela, lo cual monitorea la Secretaría de Educación.

 “Pero también procuramos ofrecerles asistencia técnica a los padres, así como  la posibilidad de créditos para que puedan instalar pequeños negocios, porque la idea no es que se conviertan en parásitos del Estado, sino que puedan salir de la pobreza aprendiendo un oficio”.

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