En este abril se ha recordado mas que otros el conato revolucionario. 1965 y la poblada 1983. Desconocemos relación que pudieran tener estos recordatorios con el paro de actividades convocado al norte del país tras reclamos sociales. Sin haber vencidos ni vencederos, dicha convocatoria tradujo pruebas para el Gobierno.

Giraron alrededor de efectividad de sus procederes, muchas interpretables como maquinaciones políticas. Las excesivas presencias/exposiciones presidenciales, culpar males a Gobiernos anteriores, comportamiento complaciente y supeditado ante presiones mediáticas, subsidios para todo, cultivo del transfuguismo e intentos de condicionar opinión con elevados presupuestos para publicidad engañosa; culminando con amedrentamiento militar.

Las maquinaciones suelen terminar revirtiéndose contra sus autores, sea ahora o después: amolando cuchillos para sus propias gargantas.

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Ahora, porque la reacción ante convocatoria no dejó de evidenciar inconformidades sobre políticas y programas gubernamentales cuyas efectividades dejan mucho que desear.

Mientras el Gobierno pregona “subsidio” combustibles las protestas reclaman abaratarlos; mientras abundan regímenes de bonos, tarjetas, siembras y colmados para encarar inflación, convocantes reclaman abaratar alimentos; mientras se anuncian muchas obras, protestantes reclaman ejecutar pocas.

Se reafirma lo observado en las elecciones de 1978, 2000, 2004 y 2020: Las “generosidades” gubernamentales resultan finalmente vanas para obtener dividendos y simpatías políticas.

Sería pertinente que el gobierno ajustara sus criterios y accionares para reorientarlos y hacerlos mas efectivos.

Y ponderara que para después, al cesar sus funciones; haber consolidado cultura de culpar al gobierno anterior, limitarse a seguir denunciando, saturar opinión con publicidad engañosa y judicializar política sienta precedentes que exponen a gobernantes actuales a caer víctimas de sus maquinaciones; especialmente existiendo tantos contratos, concesiones, fideicomisos, APP, convenidos.

Recordemos que maquinaciones del PRDismo Peñagomista en 1994, procurando pactos estableciendo requisito 50%+1 para acreditar presidencia, terminó impidiéndole ganar en 1996; viabilizando triunfo y masificación del PLD elitista que, estratégicamente, se mantenía replegado mientras negociaban se pactos. Y que Jorge Blanco fue sometido a la Justicia con posterioridad a su mandato partiendo de la ley de declaración de bienes que propiciara cuando fue senador en el periodo previo a su presidencia (1978-1982).