Las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia y la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP) llegaron ayer a “un entendimiento” para elaborar un estudio sobre el número de personas a indemnizar, en la primera reunión de ambas partes.
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António Grosso, uno de los fundadores del grupo Corazón Silenciado, la primera asociación oficial en Portugal de víctimas de pederastia en la Iglesia, explicó a EFE que se reunieron ayer durante tres horas en Fátima con representantes de la CEP, en un encuentro que describió como “largo” y “cordial».
Durante esa cita hablaron sobre el asunto de las indemnizaciones, “o como la Iglesia prefiere decir, reparaciones materiales, para no confundirlas con las del derecho civil”, dijo Grosso. “Sobre eso llegamos a un entendimiento de que es preciso hacer estudio profundo sobre el número de víctimas a indemnizar”.