Las organizaciones que defienden los derechos de las víctimas del cólera en Haití realizaron este jueves un juicio simbólico, en el décimo aniversario de la llegada de la epidemia al país, en el que “condenaron” a la ONU.
El cólera fue introducido en el país caribeño en octubre de 2010 por las tropas nepalesas que formaban parte de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), causando al menos 10.000 muertes en el país.
En esta ocasión, las organizaciones de derechos humanos crearon un tribunal popular para juzgar a las tropas de la misión de la ONU, que abandonaron el país en 2017.
“Este tribunal es una forma de poner a disposición de la población información sobre un tema muy importante que afecta a los derechos humanos, a los derechos del pueblo haitiano y a los derechos de una serie de personas que han sido víctimas del cólera debido a la negligencia de las Naciones Unidas”, dijo Colette Lespinasse, presidenta de este simbólico tribunal en conferencia de prensa.
El jurado del tribunal simbólico condenó a las Naciones Unidas, exigiendo justicia y reparaciones para las víctimas del cólera, y también denunció a las autoridades estatales por nunca haberlas apoyado en su batalla contra la ONU. “El tribunal está pidiendo reparaciones individuales y comunitarias.
Las Naciones Unidas no solo tienen una responsabilidad moral, sino que han violado los derechos del pueblo haitiano. Violó el derecho a la vida, a la salud y a la vivienda”, añadió Lespinasse.
“Las personas son víctimas, debe haber una compensación”, concluye la defensora de los derechos humanos, conocida por su lucha en el sector durante más de 20 años en el país. Diez años más tarde de la llegada del cólera sigue habiendo una guerra de cifras entre las autoridades y las organizaciones que defienden los derechos de las víctimas.
Las autoridades haitianas y la ONU cifran en cerca de 10.000 el número de fallecidos por la enfermedad, pero las organizaciones de derechos humanos calculan que este número supera los 20.000.
La Minustah fue una de las misiones de la ONU más polémicas y sus integrantes fueron acusados de cometer robos, violencia contra la población y abusos sexuales, además de importar la epidemia de cólera, en momentos en los que el área metropolitana de Puerto Príncipe estaba devastada por el terremoto de enero de 2010.
La misión militar de la ONU terminó en 2017, cuando fue sustituida por una misión policial que duró dos años, antes de ser reemplazada por una delegación sin funciones de seguridad, conocida como la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (Binuh, por sus siglas en francés).