No podemos pasar por alto la denuncia del PLD, en el sentido de que sectores oscuros del país pretenden atentar contra su candidato presidencial, doctor Leonel Fernández Reyna.

Todo el que esté en su sano juicio ha de advertir la extrema gravedad de un hecho de tal magnitud. Bastaría recordar el tristemente célebre atentado en Colombia que condujo al Bogotazo.

Leonel Fernández es un ser humano, es dominicano, fue presidente Constitucional de la República, es candidato presidencial y, por demás, encabeza hasta el momento todas las encuestas de preferencias electorales. Razones de más para que preservemos su integridad y cuidemos su vida.

Personalmente, me niego a creer que existan dominicanos en cuyas cabezas se aniden intenciones tan siniestras, pero, como lo que está en juego es el poder, con todo lo que éste conlleva, no está demás advertir la necesidad de que nuestras autoridades redoblen las medidas de protección del líder peledeísta.

Vivimos, por definición, en una sociedad democrática donde, cada cuatro años, el electorado decide quién va a encabezar el Poder Ejecutivo. No se deponen gobiernos ni mediante asonadas, ni por medio de atentados como tampoco se impide el ascenso libérrimo al mando de candidato alguno quitándole la vida.

En unos cien días, habrá elecciones. Si el pueblo decide con su voto escoger al doctor Fernández, nueva vez, como Presidente de la República, habrá que reconocer su victoria, proclamarlo y, el 16 de agosto, a las 10 de la mañana en punto, ceñir sobre su pecho la Banda Tricolor.

Igualmente, si no es él el más votado, si Eduardo Estrella o Hipólito Mejía resultan, uno de los dos, agraciados por la voluntad popular, del mismo modo habrá que juramentarlos. Ese es el juego democrático y a él nos debemos.

Cuidemos a Leonel, porque un posible atentado contra su persona, encendería la violencia y la anarquía en el país. Cuidemos a Leonel, pues es el candidato presidencial que encabeza las encuestas para ganar los comicios de mayo próximo. Cuidemos a Leonel, porque como ser humano que es, merece que se respete su vida.

La República Dominicana vive hoy día su más grave crisis económica, social, productiva, de confianza, el pueblo no resiste más carestía, apagones, miseria. Si se le ocurriera a alguna mente enfermiza cometer, o tratar al menos, la locura de atentar contra el doctor Fernández, ese hecho bastaría para producir en la nación un cataclismo de insospechadas consecuencias.

Es una responsabilidad del Estado, preservar la vida de todos los ciudadanos del país, máxime si se trata del candidato presidencial puntero en las encuestas y, ante todo, un ex presidente de la República, un hombre decente y de altura que se llama Leonel Fernández. Cuidemos su vida, evitemos más desgracias.