Tal y como lo decían las encuestas, el doctor Leonel Fernández y el PLD obtuvieron un histórico triunfo en primera vuelta electoral, con el cual el pueblo le otorga al joven estadista un claro mandato para que, básicamente, haga frente a la dura realidad económica por la cual atraviesa la mayoría de la población.

Son múltiples las lecturas que se derivan de tan apabullante victoria y las primeras declaraciones del presidente electo, una vez reconocido su triunfo por el presidente Hipólito Mejía, reiteran sus cualidades de político mesurado de cabeza fría, no dado a retaliaciones y que quiere encabezar un gobierno de verdadera unidad nacional.

Todos los sectores del país, deben cerrar filas en torno a la figura del doctor Fernández, pues la gravedad de la crisis, las esperanzas y los retos que se tienen por delante, son difíciles de enfrentar si no se apela al diálogo, si no se busca el consenso y la concertación.

Con el triunfo de Leonel, ganamos todos. Todos somos dominicanos, todos amamos esta tierra. Todos aspiramos a un presente mejor y a un mañana promisorio y todos, fundamentalmente, nos cobijamos bajo la Enseña Tricolor y confiamos nuestra protección a la Virgen de La Altagracia.

En lo inmediato, procede felicitar a los mandatarios electos, al PLD y los partidos aliados, así como a los partidos que no alcanzaron el triunfo en estos comicios, y a todo el pueblo, por la madurez, el civismo y la cordura con que acudimos a las urnas. Reconocer la importante misión de los observadores, tanto nacionales como extranjeros, el papel de la Comisión de Seguimiento y, en lo personal, de Monseñor Agripino Núñez Collado.

Es de justicia resaltar la participación de los embajadores de los EEUU, de España y la Unión Europea, de la OEA, de Canadá, entre otros, que con su presencia ayudaron a preservar el reconocimiento a la voluntad popular. Siempre que está en juego el poder, se viven momentos de tensión y hace falta mesura, cordura, sensatez y sentido de la historia.

Es lo que demostró, como recio hombre de muñeca, el presidente Mejía, al tener la entereza de reconocer el triunfo de Fernández, incluso antes de que la Junta Central Electoral proyectase siquiera la victoria que todos intuían. Ese gesto histórico, habla muy bien del mandatario saliente.

En lo adelante, se impone una transición fluída, tranquila, ordenada, donde las autoridades de turno cooperen plenamente con el equipo gubernamental entrante, para que estos largos días de cambio de mando, no profundicen la crisis de por sí agobiante que azota el país, que se cuiden los bienes del Estado, que no olvidemos que todos somos dominicanos y que, por tanto, nuestra democracia debe seguir consolidándose.

Finalmente, reiteramos nuestra felicitación a ganadores y a los vencidos. Que cada partido y la sociedad toda, saquen las lecciones y conclusiones más veraces y positivas, que quienes triunfaron celebren con humildad y que todos unidos emprendamos el camino de la unidad, para que, guiados por el presidente Leonel Fernández, saquemos el país de la crisis y lancemos hacia el progreso, la nave de la nación.