El hecho de que los países miembros de la Unión Europea no se hayan podido poner de acuerdo para la redacción final de lo que será la nueva constitución comunitaria, no puede verse como un fracaso en las delicadas negociaciones que adelantan esas naciones, pues se trata de un proceso trabajoso y complejo, donde lo que se construye es una unión política de dimensiones históricas.

El paso dado por la gran mayoría de los países miembros, de adoptar el euro como moneda común, ya es de por sí un avance trascendental que ha proyectado al viejo continente como una gran potencia económica, la cual tendrá futura preeminencia, compitiendo con los Estados Unidos y sus áreas de influencia y el Japón, China y el Asia lejana como tercer polo de influencia económica mundial.

La europa comunitaria recorre un sendero que no está, ni puede estar, libre de obstáculos. Ahí está, como muestra, la no incorporación hasta el momento, de países tan importantes como el Reino Unido al uso de la moneda común. Pero ello se explica por razones de tipo histórico y hasta dialéctico, las cuales irán definiéndose hasta construir una gran y poderosa europa, no sólo en el plano económico, sino en el político y el cultural.

Europa no está agotada, como suelen creer sus detractores. Al contrario, si una parte del mundo ha logrado mantenerse a flote en los recientes años de recesión, crisis e inestabilidades, es precisamente el viejo y hermoso continente, sede de tantos acontecimientos histórico y poseedor de tantas reliquias que honran la memoria de la humanidad.

)Problemas? Si, los hay. Y muchos. Y muy complejos. Y muy variados. Pero, a despecho de ser considerado en extremo europeísta, por mis lazos sanguineos con la España comunitaria, debemos agregar que el nivel de vida en esa europa, la calidad de esa vida y las perspectivas futuras son, en el marco de la globalización, envidiables.

De los países miembros de la Unión Monetaria, es precisamente España uno de los más beneficiados, pues la moneda común -el euro- unido a los controles en los déficit públicos y el incremento de la productividad, ha logrado relanzar el país ibérico por todo lo alto, con índices positivos y una seguridad social que ya quisieran tener la mayor parte de los países del mundo.

El revés en las negociaciones para darse una Carta Política común, que enfrenta el obstáculo de la proporción de votos por países, no es, ni será, un retroceso irreversible. Pero, como se comprenderá, también allá cada cual desea lograr la mayor cuota de poder posible y no olvidemos tampoco que naciones tan poderosas como Alemania, Francia, Italia, etc. son claves en la unión europea.

Lo que se visualiza, de cara al futuro, es una fuerte y gran super-nación europea, sólidamente unida, económicamente próspera, políticamente democrática y libre y socialmente avanzada, donde el mundo del siglo XXI estará asentado sobre un poder tripolar: EEUU-Europa-Asia. De factores como la unidad, los avances tecnológicos, controles de los déficits y productividad, dependerán el comercio mundial y quién tome la delantera.