Sorprendida, así quedó la comunidad artística dominicana al enterarse del fallecimiento de uno de los grandes propulsores de la salsa criolla, el maestro Víctor Waill, quien fue encontrado muerto la mañana de ayer en su residencia. La noticia fue dada a conocer por el hermano de Wilfrido Vargas, Jorge Luis Báez.
Hasta ayer no se manejaba la causa del fallecimiento, ya que había que esperar el resultado del forense. Según uno de sus empleados, llamado Daniel, que fue quien lo encontró sin vida la mañana del lunes, el pasado domingo Víctor se había quejado de malestar estomacal.
Productor, músico, arreglista y cantante… Waill, uno de los más completos de su género, se destacó en todas las ramas de la música por donde paseó su talento.
Víctor, quien trabajó con cantantes como Wilfrido Vargas, Miriam Cruz, Yiyo Sarante, Chiquito Team Band, David Kada, Michell, Fernando Villalona, Ilegales, Alex Matos y Eddy Herrera entre muchos más, no limitó su talento a la salsa, sino que también trabajó con los géneros de merengue, balada y bachata a través de sus magistrales arreglos.
Nacido en Baní, el cantante buscó suerte por un tiempo en los Estados Unidos, pero luego regresó a su tierra, en donde aportó a la música criolla, sobre todo a la salsa.
Sus inicios en la música se remontan a 1974 en la banda “Tino Peña y su combo salsa”, en Baní. Comenzó como músico, tocando el bajo, y más adelante como arreglista de muchos grupos, cantantes solistas.
A lo largo de su carrera, recibió muchos reconocimientos, tuvo seis nominaciones a Premios Soberano (antes Casandra) y los galardones más destacados fueron los tres Premios Soberano que obtuvo en la categoría de Orquestador y/o Arreglista.
Grandes amigos. Esos eran Wilfrido Vargas y Víctor Waill, quienes se conocieron cuando el segundo estaba en un grupo y tras Vargas ver su talento lo invitó a integrarse a su orquesta.
Juntos popularizaron temas como: “Charo, Charo”, “Cachita”, “Enrique Blanco” (junto a Vicente Pacheco), “Amigos míos, me enamoré” y “Sansón batalla”, este último tema, en salsa, alcanzó mucho éxito, al ser el número uno con la Fania All Stars.
La relación entre Wilfrido y Víctor iba más allá de lo laboral; ambos se trataban como hermanos, tanto así que Waill vivía en la casa materna de Wilfrido , donde falleció, y los padres de Wilfrido lo trataban como un hijo más.
Esta era una de las características del músico, si era admirado como profesional, también lo era como ser humano. Fue una persona muy querida por todos.
“Esto de Víctor me ha caído tan mal… tenía una bonita relación con él toda la vida. Cuando yo empecé con Wilfrido ya él no estaba, había talentos nuevos, pero compartí con él cantidad de veces, por Wilfrido, -quien siempre estuvo enamorado de Víctor por su capacidad como arreglista, y su talento-, eramos amigos de toda la vida. Trabajamos en dos producciones discográficas y tuve esa oportunidad. Víctor para mí era de los mejores arreglistas de la República Dominicana y Latinoamérica. Estoy muy triste, se nos ha ido un grandioso ser humano y un grandioso productor, paz a su alma”, expresó afligido el merenguero Eddy Herrera.
Artistas de luto. “Pérdida significativa en nuestra música popular dominicana.. Víctor Waill, músico, arreglista director y productor ha partido con el Señor y la clase artística esta de luto. Paz a sus seres queridos en esta hora del adiós”, así despidió al maestro la merenguera Milly Quezada, en un texto publicado en su Instagram.
De su ladon Yiyo Sarate escribió: “La salsa vive Maestro, gracias por darnos tanto!!!”.
“Creador de la mayoría de mis canciones que muchos conocen, duele tanto saber que has partido, Dios tenga un buen lugar para usted, maestro. Descanse en paz”, publicó David Kada en su Instagram.
Sergio Vargas también se expresó a través de la misma red social. “Cuando un amigo se va queda un espacio vacío que no lo puede llenar la llegada de otro amigo. La clase artística está de luto por el fallecimiento del gran Víctor Waill en la mañana de hoy, fue una estrella y mejor como persona, mantendremos su legado por todo lo alto. ¡Paz a su alma, maestro!”.