Con grandes hoyos y derrumbes, así como la ausencia total de alumbrado, la carretera  Sabana de la Mar-Miches, representa un verdadero peligro para todo aquel que transita por la vía.

Los tramos más peligrosos están en los  kilómetros 9, 12, 23 y 25, donde se ha desplomado una parte de la carretera.  A causa de ello, los vehículos pesados tienen que  adentrarse un poco en los montes para no caer al vacío. Lo mismo ocurre con motoristas y transeúntes.

Moradores de la zona, manifestaron  que el riesgo de accidentes aumenta porque, a pesar de que la carretera es de apenas  dos carriles y tiene una gran cantidad de curvas,  los conductores se desplazan a altas velocidades. 

Otra queja de  la gente, es que nadie puede salir  de su casa después que cae el sol: la oscuridad, unido a la falta de vallas de protección, hace que el riesgo de caer al precipicio sea muy elevado.

Con relación a los derrumbes, algunos de los cuales son de varios metros abajo, Juan Simón Rosario, residente en Miches, dijo  que “se han agravado con las  fuertes lluvias, sobre todo después del paso de las tormentas Noel y Olga”.

“El malísimo estado en que  está la autopista, representa un retroceso en cuanto al flujo de turistas al municipio,   que posee una exuberantes belleza cultural y natural y que constituye el sostén económico de muchos sabanalamarinos”, dijo la arqueóloga y guía turística María Perdomo, al tiempo de afirmar que las visitas a  la zona han mermado.  

Mientras los  trabajos de reparación tienen paralizados más de ocho meses.