Vida más larga en RD sorteando riesgos que ahora son mayores

Vida más larga en RD sorteando riesgos que ahora son mayores

El promedio de vida de los dominicanos sigue en ascenso a pesar del carácter siniestro del tránsito, que incluye motociclistas imprudentes y tiene colocado al país en la cima de trágicas estadísticas mundiales, con la suma de índices imbatibles de mortalidad materna e infantil, el azote ahora moderado de la covid-19 tras fatal comienzo y un considerable número anual de defunciones con inclusión de adultos mayores por causas respiratorias e infecciosas absolutamente prevenibles.

Algunos especialistas hablan del «silencioso avance del cáncer» segando la existencia a más de 12 mil personas anualmente y han dicho también que, al igual que para otros lugares del continente, esta es una república en la que la violencia mortal por delincuencia e inseguridad ciudadana tiene que ser asunto importante en la agenda nacional. Así lo refirió hace poco la revista PsicologíaCientífica.com.

Con una tasa de natalidad de 18.73 por cada mil habitantes, significativa todavía, la población criolla mantiene una firme densidad, en parte por una menor tasa de mortalidad que medida científicamente hace dos años era de 25.9 fallecidos por cada cien mil habitantes, la más baja en años hasta el 2021; aunque para algunos demógrafos la parte Este de la isla lleva una tendencia en multiplicación de la especie que sumada a la de Haití harían pronto de la Hispaniola un lugar excesivamente habitado para su disponibilidad de recursos.

La muerte es incluso una mayor posibilidad a causa de la desnutrición aguda infantil en el país y para combatirla la sección de ONU para la infancia, Unicef, acaba de iniciar una campaña que rescataría de riesgos a seis mil niños.

Puede leer: Cadáver de Jesús Cueva es hallado en un tanque en carretera Sánchez

Expectativa favorable

De solo vivir en promedio hasta los 53 años si se era mujer y 50 si se era hombre, en el decenio de los sesentas los dominicanos nacen hoy con la esperanza de existir hasta los 74.47 años para ambos sexos y al comenzar en el próximo decenio la media sería superior en dos años con ayuda de nuevas vacunas y avances científicos que cada vez protegen más la salud. Un incremento demográfico que para el 2030 sería de un 7.7%, según la Oficina Nacional de Estadística.

Boletines de la ONE indican que las expectativas de sobrevivir a las acrecentadas causas de defunción han estado en constante expansión: en el 2011 era de 72.04 años; pasando en el 2012 a 72.3; en el 2013 subió a 72.55 y ya para estos tiempos, durar hasta los 74 y pico sería frecuente. Las bajas en las tasas de natalidad y de la fertilidad también ocurren y en diez años esta será inferior a la actual de 2.29 hijos por mujer en edad fértil. Se refleja una tendencia al envejecimiento de la población nacional que sigue siendo considerada como mayormente joven. En 1961 la fertilidad era de 7.5 hijos por mujer bajo poco control natal

El año pasado, previo al empadronamiento que más confiablemente dirá cuántos son los dominicanos, el país estaba habitado, según un conteo dudoso, por 12,108,426 personas sin establecerse diferencias de nacionalidades, lo que permitiría asegurar cuántos haitianos acompañan a los nacionales y liberarse de las estimaciones especulativas y sin base científica que juegan con los números según las subjetividades.

La densidad de población local es de 225 habitantes por Km2. y la de Haití de 416 con un territorio de solo un tercio de la ínsula compartida con República Dominicana. Otros países que por sus tamaños podrían albergar poblaciones más grandes que sus actuales están demográficamente por debajo de la correlación de esta geografía tropical. España con 94 españoles por kilómetro cuadrado, la muy rica y desarrolla Alemania con 233 y Reino Unido con 275.

Violencia y Mujeres

Expertos internacionales que dan seguimiento a la realidad dominicana, y de lo que se hizo eco PsicologíaCientífica.com, consideran que los esfuerzos por controlar la violencia en esta geografía continúan «al margen de diagnósticos precisos y sobre todo con carencia de estrategias adecuadas para el debido tratamiento».

Alfred McAlister, uno de los observadores, señala como dificultades la ausencia de estadísticas confiables sobre violencia y delincuencia y de políticas de investigación orientadas a estudiar la problemática social, trayéndose como consecuencia que iniciativas positivas no puedan aplicarse. Ve al país como dando palos a ciega, sin una estrategia adecuada que permita erradicar o por lo menos aminorar el mal.

A marzo del año pasado, el Observatorio de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Interior y Policía había registrado 44 muertes de mujeres con 29 de los casos catalogados como feminicidios por la Procuraduría General de la República, con un aumento de 142% en comparación con el mismo período del año anterior cuando sumaron 12 muertes.

Y ya en este 2022, la presidenta de la Fundación Vida sin Violencia, Yanira Fondeur, declaró como fallido el sistema de protección de la vida porque a la fecha de su balance más de 50 mujeres habían sido asesinadas, 40 de ellas ultimadas por sus parejas o ex parejas con saldo de 53 hijos llevados a la orfandad. Lamentó que ocurran crímenes de género a pesar de dictarse órdenes de alejamiento. «Entonces el sistema está fallando, necesitamos medidas, o sea, investigaciones y consecuencias».

Agua, vida y muerte

A septiembre del año pasado, y según el único registro disponible, la comunicadora ligada a organismos multilaterales Alejandra de la Paz llamó la atención en la prensa española sobre la intermitencia y baja calidad del agua que consumen muchos dominicanos, destacando que en este país 9 de cada 10 habitantes usan el líquido imprescindible para la vida en su versión embotellada sin ser esta «una zona desértica o con escasas lluvias».

Para librarse de gérmenes que enferman o matan por falta de tratamientos potabilizadores, los usuarios aquí tienen que invertir en el suministro industrial del líquido lo que «genera un fuerte impacto en sus bolsillos». Lo recomendable es que ninguna familia destine más de un 5% de los gastos del hogar para adquirir agua.

Citando al experto en saneamiento urbano, Craig Kullman, de la Paz relató que el sector agua dominicano está atrapado en un círculo vicioso porque las entidades que proveen el líquido reciben escasos ingresos por no cargar costos a los usuarios y les faltan recursos para mejorar la calidad del servicio que garantice la inocuidad. Numerosos usuarios de acueductos se niegan a pagar el servicio.

Más leídas