Vida sana

Vida sana

Sergio Sarita Valdez

Vivir es un verbo ordinario que conjugamos todos los mortales, sin la excepción de especie alguna; transitar con el mínimo de contratiempo por la ruta de la vida, integrados de un modo tal, que nuestra infancia, adolescencia, juventud, adultez y vejez no se vean opacados por la guerra, la miseria, el dolor, la enfermedad, ni la tragedia, es otro verbo de mayor categoría.

Y, sin embargo, debemos apostar por una existencia individual, familiar y colectiva llena de paz, abundancia, amor, salud, felicidad y seguridad.

Para el logro de tan nobles objetivos debemos ser educados con plena consciencia de la importancia de mantener siempre en mente estas tres variables fundamentales: tiempo, lugar y persona.

Ignorar que hoy no es ayer y de que mañana tampoco será idéntico al presente constituye un grave error de cálculo.

Desconocer que los fenómenos biológicos y sociales no siempre aparecen, ni se expresan de igual forma en el norte hemisférico como en el sur, o en la zona tropical, nos desubica, sacándonos de ruta y haciendo que terminemos dando palos a ciegas.

No todos reaccionamos de manera similar ante un estímulo equis, sea éste visual, audible, sensorial, gustativo, olfativo, parenteral o psíquico.

Durante siglos se debatió en filosofía si la persona nace destinada a reír o llorar, gozar o sufrir, triunfar o ser derrotada. Hoy sabemos que si bien es verdad que heredamos una carga genómica con mitades paterna y materna, también es cierto que la expresión de ese código depende de la presencia oportuna de los ingredientes requeridos para llevar a cabo la ejecución de lo programado.

De igual forma sabemos que ocurren mutaciones que pueden cambiar el producto final.

La especie humana por su antropocentrismo tiende a ignorar su dependencia de otras especies animales, vegetales, y de las condiciones ambientales de temperatura, humedad, vientos y lluvias.

Por tal olvido su propia existencia se ve hoy amenazada. Gracias al auxilio de las supercomputadoras, unido al desarrollo de la inteligencia artificial, retroalimentado por los resultados obtenidos en el pasado bajo condiciones muy parecidas, podemos proyectarnos simultáneamente en tiempo, lugar y persona, viviendo el presente, a la vez que prevemos con bastante certeza al futuro.

Las ciencias médicas han aprovechado la alta tecnología para comprender y manipular las formas más simples de vida como son los virus, pudiendo crear en corto tiempo vacunas que antes requerían más de una decena de años producir en los laboratorios.

Analizando el genoma podemos diagnosticar prenatalmente afecciones cuya corrección temprana permite desarrollar y completar el ciclo con vida sana.

Vivir es verbo ordinario que conjugamos todos los mortales

Sin embargo debemos apostar por una existencia individual, familiar

Ignorar que hoy no es ayer es un grave error de cálculo

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