Vida y obra de Duarte en el Parque Independencia: una gran lección de historia accesible para todos

Vida y obra de Duarte en el Parque Independencia: una gran lección de historia accesible para todos

POR MARIANNE DE TOLENTINO
Nadie ha olvidado las reacciones de alegría y emoción que provocó la exposición “La Tierra vista desde el Cielo”, magníficas fotografías del planeta por Yann Arthus-Bertrand, instaladas en la verja del Parque Independencia. A la revelación de contundentes lugares –entre los cuales 19 paisajes dominicanos– y una cruzada fotográfica por el desarrollo sostenible, se sumaba la resurrección del corazón de la ciudad, otrora vivaz, pero tanto tiempo descuidado y desertado por gran parte de los moradores.

En menos de tres meses, desfilaron casi medio millón de transeuntes fascinados.

La Embajada de Francia, con generosos patrocinadores y la colaboración de las Secretarías de Cultura y de Medio Ambiente, organizó el evento. Estructuras metálicas, portadoras de las fotografías, fueron construidas por el arquitecto Fernando Ottenwalder, y, clausurada la muestra, fueron obsequiadas por la misión diplomática a la Secretaría de Estado de Cultura. El éxito de esa original experiencia de arte público, reiterada luego en Santiago, fue motivo para que surgiesen otras propuestas de exposiciones, colocadas según el mismo principio de reproducción y montaje en el Parque Independencia.

La primera que se ha realizado es iniciativa de la Fundación Patria Visual, y quienes todavía no la visitaron, tienen esa oportunidad hasta mediados del mes de abril.

“Duarte en la Historia de la Patria”

Todos esperaban, después de la brillante muestra internacional de Arthus-Bertrand, que le sucediese una exposición nacional, de contenido ilustrador y educativo. Así mismo ocurió, y, coincidiendo con las efemérides de la Independencia, se inauguró a finales de febrero “Duarte en la Historia de la Patria”, que sus organizadores titularon “Exposición Visual sobre su Vida y su Obra Patriótica”. Durante varios meses trabajó intensamente un equipo de especialistas, encabezado por el historiador y mayor E.N. Sócrates Suazo. ¡En todo proyecto siempre hay un alma!

Los auspiciadores principales fueron la Secretaría de Estado de las Fuerzas Armadas, la Fundación Patria Visual Inc., el Instituto Duartiano, la Secretaría de Estado de Cultura y la Secretaría de Estado de Educación, organismos todos directamente vinculados con el tema. Varios patrocinadores nacionales respaldaron el evento, y nos alegramos por ese valioso mecenazgo.

Si para la exposición de “La Tierra vista desde el Cielo”, el espacio público del Parque Independencia se consideró el sitio idóneo, por la verja circundante propia para instalar las fotos, y por su índole popular en el pasado y el presente, adquirió una mayor dimensión, real y simbólica, para la temática de Juan Pablo Duarte,

En el Parque Independencia se encuentra el mausoleo –obra escultórica de Antonio Prats-Ventós– de máximo significado histórico por albergar a los tres grandes fundadores de la nacionalidad dominicana: Duarte, Sánchez y Mella. Desplegar cronológicamente a través de 136 imágenes, la vida y la obra de Juan Pablo Duarte, es no sólo recordarle, sino hacerlo vivir por segunda vez, dando una visión objetiva y emotiva del Patricio, sus  vibrantes ideales, sus dramáticas aventuras y desventuras. Ello tiene un valor extraordinario para las nuevas generaciones y el pueblo en general cuya memoria a menudo se limita a un nombre.

Luego, tratándose de un tema que concierne a toda la ciudadanía, situarlo en el Parque Independencia corresponde al significado y simbolismo de la plaza desde milenios, como el agora griega y el foro romano, escenarios de las manifestaciones cívicas y políticas en la antigüedad. En el transcurso de los siglos, esas funciones tradicionales se han mantenido, y la plaza sigue siendo un espacio de animación social –a pesar de las transformaciones arquitectónicas, la circulación y sus avatares–. El Parque Independencia, por su misma ubicación céntrica, en el kilómetro cero, es el corazón de la ciudad capital, y hoy late su plaza, así reintegrada al período cumbre de la identidad nacional. No podía existir un lazo más fuerte y cohesionante que “Duarte en la Historia de la Patria”.

La exposición

Si el tema convence y produce intelectualmente el entusiasmo a todos los niveles, la realización en paneles de textos e imágenes, a menudo combinados, es también inteligente y convincente. Parte de un estudio histórico minucioso, donde se siente, además de los conocimientos, el amor por la figura de Duarte, el desarrollo de la nación y el orgullo de la dominicanidad. Ese aspecto nos luce esencial para la comunicación: sin ese elemento intangible, no pasa la corriente afectiva, que envuelve al espectador.

Hay que mirar la exposición una primera vez y volver. Es más, aconsejaríamos que, por la densidad iconográfica y las reflexiones que suscita necesariamente su interpretación, se visite en dos o tres veces.

Pensamos especialmente en los escolares que deben recorrer la muestra y asimilar mensajes aleccionadores para el futuro.

Ahora bien, aunque se han reproducido obras gráficas y pictóricas magistrales, alusivas al tema, no es una exposición ordinaria, que destaca como propuesta fundamental, los valores estéticos del arte dominicano y sus grandes representantes. En ese enfoque, por cierto, son particularmente interesantes los pioneros de la modernidad, como Desangles, Bonilla y Rodríguez Urdaneta –especialmente–.

Tengamos presente que la identidad en el arte surge, en buena medida, de la identidad en términos patrióticos, y que, en nuestro país como en toda América Latina, es la pintura de historia que ha contribuido a fomentar, por el contenido, un arte nacional. Por tanto, varios de los cuadros reproducidos lo demuestran, y no hay que señalar la fuerza inspiradora de  Juan Pablo Duarte, que ha dejado plena libertad a la interpretación póstuma por la escasez de los testimonios fotográficos. Hemos de subrayar el respeto con el cual se han concibido y plasmado rostros, figuras y posturas del prócer y de su familia.

Con frecuencia, las imágenes expuestas provienen de originales pintados por artistas modestos, distinguidos o no en concursos sobre el tema. Podríamos calificarlas como estampas e ilustraciones de gran formato, que combinan realismo y surrealismo, retrato y alegoría, reminiscencias e ideales. Nada es más difícil que ese género para su culminación estética…

Reiteramos que no es el propósito de la selección, lo que importa es la legibilidad de las obras. Éstas deben ser figurativas, tradicionales, descriptivas, para que un público masivo las comprenda, las aprecie y las reconozca como testimonios. Así lo comprobamos en esta exposición duartiana, que también otorga una importancia notable y esperada a la reproducción de manuscritos y documentos históricos de archivos.

¡Qué aprovechemos el fin de semana para ir al Parque Independencia y disfrutar “Duarte en la Historia de la Patria”, un acontecimiento admirable en sus objetivos, su metodología y sus resultados nacionalistas!

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