Vidas creativos de Plinio Chahín (Reflexiones de tres parada para una estación)

Vidas creativos de Plinio Chahín (Reflexiones de tres parada para una estación)

Por José Miguel Durán

“La Lectura, un Acto de Creación” es un texto para amantes a la lectura. En breves líneas, Plinio Chahín escribe con pasión, precisión, seguridad y coherencia lo que es para él la lectura: “Todo acto de lectura es una interrogación profunda y libre. El ejercicio de esa libertad consiste en dar un sentido integral al texto, siempre y en todas partes, no meramente en darles sentidos parciales y superficiales que se contradicen y que no concuerdan entre sí”.

Este pensamiento del autor sirve de ejemplo para el aprendizaje de la lectoescritura de tareas, ya que la lectura es un proceso intelectivo permanente. Este proceso involucra al lector a subrayar y cambiar palabras, frases, oraciones, párrafos completos y así poder redactar un texto personalizado. Al ser infinita, la lectura no debe ser institucionalizada porque se cierra el libro, cuando debe permanecer siempre abierto.

Un segundo ensayo conectado con el anterior, por su significado y brevedad, tiene el título “Comentarios e Ideas Sobre el Canon Literario”. Se trata de seleccionar, de manera errónea, listas de libros clasificados con propósitos específicos considerados básicos en la enseñanza de reglas para la dirección del poder eclesiástico y canónico de épocas medievales.

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Una tercera lectura, no menos importante, es el texto “A Propósito de las Flores”. Es un brevísimo ensayo en primavera pensado y repensado por Plinio Chahín con sentido connotativo para que lectoras y lectores comprometidos en emplear la semántica lingüística a su antojo, mirando las flores preferidas con visión connotativa.

El autor observa las flores con profunda subjetividad en una magistral imaginación y fantasía artística a través del trabajo de la palabra aportando a la creación del arte literario de República Dominicana, demostrando una vez más su capacidad sobre la creación literaria, estética, artística y filosófica en el pensamiento dominicano.

Hay un texto de poesía impresionante titulado “Efímero”. Se trata de los haikus escritos por Chahín. Si buscamos en Google el haiku o haikú se lee, es un breve poema de origen japonés que se inspira en la naturaleza, específicamente en el cambio de las estaciones del año. Ejemplo: “El cuerpo, la luna. Primavera o verano? Los Árboles ríen”. Pueden ver personificación en el último verso de este haiku y en la primera línea del segundo haiku, un epíteto: “Una frágil mujer no espera a nadie. Habla de amor”.

Los sentidos crean las imágenes en una lengua figurada para producir efectos estéticos que deleitan y comprometen al lector. “Lo que impresiona de un haiku bien logrado es, sobre todo, la plasticidad en que es capaz de tornarse la palabra escrita”, ha dicho José Mármol. La economía de sílabas, se responda a la métrica clásica o liberándose de ella, es un ardid. La eficacia estética en estos textos radica en que el signo se transmute y devenga sonido de agua, luz de luna, silbido de un pájaro, quietud del estanque, serenidad del bosque, desnudez de un cuerpo y por qué no, hendidura y fulgurazo suave del pensamiento devenido relámpago y suspenso. La escritura se hace imagen”.

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El contenido de la obra literaria no se lee en el texto, lo ofrece el lector-lectora en la interpretación libre y subjetiva. Acá les dejo una muestra de estos haikus:
*
El cuerpo, la luna.
¿Primavera o verano?
Los árboles ríen.

*
Una frágil mujer
no espera a nadie.
Habla de amor.

*
Una pipa en tu boca
es un alero
embriagado de flores.

*
La flor
al instante
aulló.

*
Los jaikus
desvisten los cuerpos
desnudos.

*
Cuatro lunas.
Los astros ríen.
Un jaiku.

*
Una línea,
página en blanco.
El sol de la noche.

*
En blanco
viene el sol:
tu voz.

*
La habitación vacía.
Una mujer espera
otra piel: la luna.

*
Sobre las hojas del silencio
el desierto escucha
aullando.

*
El ser del jaiku
rueda sin luz:
Instante de paz.

*
El poema
no escrito vuelve
desnudo a mis manos.

*
No cuentes a las ramas
del viento
lo que no vas a cumplir.
El viento cortado
entre ramas y árboles
vuelve al vacío.
Tiemblan tus senos
en la plaza desnuda:
Hipo de amor.
Nadie lanza
flores vacías.
Loto de luz.
Sobre el césped
borro tu cuerpo.
¿Hay otros labios?
Por las sendas del otro
nadie regresa.
Tampoco yo.

*
De regreso a casa
duendes y gnomos,
gemelos y amantes.
Del viento cortado
de las ramas
cuelga el vacío.

*
La nieve cae
en el estanque.
Nadie me espera.
Las sombras del árbol
dentro de tu cuerpo
música y duendes.

*
Las hojas del árbol.
Caen tréboles
bajo la lluvia.
*
Una mano dibuja
lirio nipón blando.
Gloria de nieve.
Tu cuerpo
dentro de la nieve
niebla.
Los estorninos vuelan
sobre la ciudad.
Otros se besan.
Los gorriones:
Amantes lacerados.
Nunca se besan.

*
El lirio blanco nipón
cae de un jardín a otro.
Duendes y ninfas.

*
Más allá del mar
las olas retornan sin rostro.
Excepto el mío.
*
No faltes
a mis dedos
temblorosos.
*
Te reparto en la luz
la otra mitad
que acaricias.
*
Tu piel en mi piel:
lluvia despavorida.
En agua, en luz.
*
Dentro de mis párpados
la luna gime:
El gato.
*
Los párpados abren
y cierran los ojos:
Muerte divina.

*
Los niños
recuerdan el sol
donde nunca se pone.
*
Los hombres
visten de sombras.
Muere un crisantemo.
*
Un loto
tiembla sobre la luna:
Cuerpos desnudos.
*
Los labios sangran.
Molinos de luz.
Una mujer espera.
*
Dentro del parque
cae la lluvia:
Rancio desdén.
*
Las ovejas
huyen del corral.
Murió la pena.
*
Tiempo presente.
Tiempo nublado.
Vuelvo a tu casa.
*
Más allá
de las cosas

otros me intuyen.
*
Un barco zarpa:
Agua de luz.
Nadie vendrá.
*
Al final del arcoíris
regresan al sol
los duendes malditos.
*
Los peregrinos regresan
confundidos de la iglesia.
El monje llora.

*
Los murciélagos:
Invisibles luceros.
Huyen o mueren.
Lirios del tiempo:
los labios en los labios
huyen del bosque.
*
Sobre tus manos
levitan gaviotas
de mi boca a la tuya.
*
Las gaviotas altivas:
Densa agua en primavera.
Me pierdo en tus dedos.
*
La vida es un gorrión
hueco del tiempo.
Nunca regresa.
*
Dédalos inversos.
El bosque levita.
Revés del invierno.
*
La luna
ensucia de jaiku
el ayer.

*
La flor.
Un abismo.
Vuelvo a tu cuerpo.
*
Labios pintados.
Tréboles inciertos:
La luna.
*
Truenos que roban
los labios:
El pecado.
*
La noche del quejido
los cuerpos tiemblan:
Sauce llorón.
*
El gorrión
vuela desnudo:
Tu cuerpo.
Líneas en espiral,
en blanco
la cama vacía.
Olor
a jaiku
tu cuerpo.
*
Niebla
en tu piel,
salvo el verano.
*
Sol,
rostro invisible.
El tiempo.

*
Los cuerpos
visten de azul
el poema.
*
Páginas rotas.
Libros dispersos.
El gorrión canta.
*
En mis dedos
otros nombres.
La culpa
*
Los tilos destruyen
las islas vacías.
Menos tu cuerpo.

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