La preocupación de los munícipes de la comunidad costera de La Boba, municipio Las Gordas, en la provincia María Trinidad Sánchez, solo giraba hasta este lunes en torno a cómo conseguir los alimentos otorgados por el Gobierno, a través del Plan Social, y la construcción y reconstrucción de las viviendas destrozadas por los efectos del huracán Irma.

Sin embargo, desde hoy vuelven a sentir en cada espacio de su comunidad el miedo e incertidumbre dejado apenas dos semanas atrás por los embates del fenómeno atmosférico Irma, para pasar a dirigir su atención esta vez a la amenazante trayectoria del huracán María, que promete entrar al territorio dominicano en la madrugada del jueves convertido en categoría 5.

Muchos de los habitantes, como Eulogio García, narran los dolorosos recuerdos de aquel momento cuando las aguas del mar y los escombros que arrastraban, en su ir y venir, impactaban con tal fuerza las casas a su alcance que 17 de éstas quedaron totalmente destrozadas, incluyendo la de él.

El resultado ha sido familias completas viviendo, primero en refugios temporales como en escuelas e iglesias, y luego trasladándose a casas de familiares o gestionadas por las autoridades hasta tanto se agote el proceso de reconstrucción de la vivienda por parte del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI).

García explicó tras el embate de Irma, colocada la tarde de hoy en alerta amarilla por el Centro de Operaciones de Emergencias, las personas han sido asistida por el INVI, Plan Social y el Ministerio de Salud Pública, institución esta última que mantiene un programa de vacunación.

Ante los intentos de reubicación para la construcción de las viviendas para los que las perdieron, señaló que han presentado ciertos problemas, debido a que hay personas del mismo lugar que se quieren aprovechar de la tragedia y sobrevaluan los terrenos identificados por las autoridades como posible asentamiento de los afectados.

Por lo pronto, y a la espera de que le trae María, los munícipes de La Boba mantienen la esperanza de que se redoblen los esfuerzos de las autoridades en la asistencia a una comunidad que, por la previsto, recibirá un «golpe» doble como espacio de tiempo mínimo.