“Varón la guagua es suya, por ahí es que se cruza, esa guagua no puede estar parada ahí”, así inicia un video que circula en las redes sociales que muestra la discusión por un parqueo que terminó con la muerte de tres personas y dejó un niño de cuatro años herido, y un total de diez en la orfandad, en el sector La Toronja, de Santo Domingo Este.
Luego, en la fílmica casera se escucha a otro hombre decir de forma desafiante: “Pero quítala, dame un tiro, quítala, oye dame un tiro, es que tú te has cogido con él” y es así cómo se dan los intercambios de palabras durante el incidente ocurrido el pasado miércoles.
Además de los dos caballeros se escucha una dama mediar al indicar que por ocupar el parqueo no tiene que darle ningún tiro, que pueden ir al ayuntamiento para resolver ese problema.
Los ánimos se fueron acalorando entre los hombres que pedían mover la guagua y los otros que los desafiaban a quitarla ellos sí querían.
«Esa guagua no le está haciendo nada a ustedes ahí. La calle es de ustedes y como la calle es de ustedes, agarra y dame un tiro para que vea que se va acabar ese show. Ustedes se están creyendo la película, dame un tiro”, insistía uno de los hombres mientras que el otro le reiteraba: “Mueva la guagua bacano, que esa es la calle”.
Después de esto se produjo un forcejeo entre los mecánicos del taller que tenían la guagua en la calle y los que pedían se moviera el vehículo, un raso de la policía identificado como Juan David Cuevas y su padre Simeón Cuevas. “Es preso que voy a caer, yo lo voy a matar”, es la última frase que se escucha al final del video.
A continuación el video que muestra cómo inició la tragedia en La Toronja.
Sobre el caso. El raso de la Policía Nacional Juan David Cuevas Acosta, de 25 años, y su padre Simeón Cuevas, acusados del triple crimen en La Toronja, Santo Domingo Este, fueron enviados a prisión preventiva por un año.
Las víctimas son Miguel Luis Sosa, Ericson Fernández y Miguel Ángel Montero, quienes fueron atacados a tiros por el joven raso y supuestamente ya agonizantes, rematados por su padre, Simeón Cuevas, conocido también como el Chicharronero.
De acuerdo a versiones de cercanos del lugar, Luis Sosa, quien tenía una taller de mecánica, y el Chicharronero, tenían viejos conflictos por el uso de un espacio que incluso había llegado a la justicia.
El origen del problema del miércoles, que terminó en tragedia, fue porque el mecánico tapó la entrada de la vivienda del Chicharronero con uno de los vehículos que reparaba y su hijo al llegar a la casa exigió que fuera movido. Ahí se inició una riña en la que intervinieron los ayudantes del mecánico Montero y Fernández resultando muertos los tres.
La juez Dolores Galay ordenó los envío a la cárcel de La Victoria.