Fanáticos de los Cachorros de Chicago celebran afuera de Wrigley Field en Chicago el 2 de noviembre del 2016, luego que los Cachorros ganaron la Serie Mundial. (AP Photo/Charles Rex Arbogast)
Cleveland .- Tuvieron que pasar 108 años antes que los Cachorros de Chicago llegaron a su gran sueño y objetivo de conquistar la corona de la Serie Mundial y esta vez lo lograron por la puerta grande.
Nada menos que tras remontar una desventaja de 1-3 en la serie al mejor de siete que disputaron ante los Indios de Cleveland y los dos últimos triunfos conseguidos de visitantes.
Todo una gesta deportiva que se enmarcó en la épica y también reflejó el sinónimo de sufrimiento al que los Cachorros tenían acostumbrados a sus seguidores.
El relevista zurdo Mike Montgomery retiró al emergente dominicano Michael Martínez para el último out con un corredor en base en el décimo episodio del Séptimo Partido, entrada la madrugada del jueves.
A partir de ese momento, los Cachorros pusieron fin a la sequía más prolongada en el béisbol de las Grandes Ligas al vencer 8-7 a los Indios en 10 entradas.
Los Cachorros no salían campeones desde 1908, y lo lograron convirtiéndose en el primer equipo en superar una desventaja de 1-3 en el Clásico de Otoño con victorias como visitante en los últimos dos partidos desde los Piratas de Pittsburgh en 1979. “Se hizo realidad. Chicago, esto es una realidad”, proclamó el primera base de los Cachorros Anthony Rizzo. “Lo logramos. Somos campeones. Es algo increíble».
La Cabra Billy. Un gato negro. El aficionado Steve Bartman. Todas esas maldiciones, supersticiones y fiascos quedaron archivadas cuando el equipo de Joe Maddon no se vino abajo al hilvanar tres victorias consecutivas para completar la remontada (4-3).
“Nosotros nunca le paramos a esos mitos”, declaró el venezolano Miguel Montero, el tercer receptor que emplearon los Cachorros y que acabó remolcando la carrera que al final estableció la diferencia definitiva.
El partido fue un frenesí de emociones. Aroldis Chapman y Andrew Miller, los sensacionales relevistas de ambos equipos, fueron castigados.
Los tres receptores de Chicago produjeron carreras. Pero el momento más impactante se dio en la baja del octavo cuando el jardinero central Rajai Davis bateó un jonrón de dos carreras ante el cerrador Chapman, con el que Cleveland empató 6-6 tras ir perdiendo 5-1.
En el duelo de las sequías sin campeonatos que más tiempo han perdurado en las mayores, la más prolongada terminó de una vez por todas.
El último de los Cachorros se remontaba a 1908, obtenido 13 días después que se completara la entrega del primer Ford Modelo T. Todo lo contrario para el rival, porque la agonía de Cleveland persiste, añadiendo otro doloroso capítulo.