La dominicana Lourdes Gómez es una odontóloga forense, que espera cada día un mensaje alentador que su hijo marine le envía desde Irak, donde se encuentra prestando servicios militares a los Estados Unidos, país que en la última semana ha desencadenado una serie de enfrentamientos con Irán, tras la muerte del principal general iraní Qasem Soleimani, ordenada por el presidente americano, Donald Trump.
Según la madre, su hijo le envía un mensaje escueto, donde sólo le informa si está bien o está vivo. Esas pequeñas palabras son las que le permiten pasar sus días tranquilas y distraerse en el trabajo o en algo para subsistir ante la desesperación de que su primogénito se encuentra hoy en una situación impredecible y vulnerable.
“Me han diagnosticado, presión alta, yo no soy hipertensa y ahora me salió la presión bien alta”, cuenta Gómez.
El sargento mayor José Antonio Diná Gómez, de 28 años, quien, al igual que sus hermanos es naturalizado estadounidense, se encuentra en el país asiático y su hermano menor, también tendrá que viajar desde los EE.UU. a cumplir con labores militares al Medio Oriente.
La madre, angustiada, cuenta que ha puesta una barrera, para disipar la mente. “Yo no veo noticia, si mandan algo a uno de los grupos que estoy no lo abro, para no mortificarme. Yo solamente le pido a Dios y es esperando ese mensajito que me diga, estoy bien”, expresó la madre.
A los 15 años de edad, el mayor de los hermanos viajó a Estados Unidos y dos años después ya se estaba entrenando en el Cuerpo de Marines. Más tarde, sus otros dos hermanos también se unieron a la institución.
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