Lisandra Mercedes Reynoso, madre de un niño de 2 años, pide al cielo un milagro para poder mantener estable la situación de su criatura.

El pasado mes de abril, al infante se le diagnosticó con el síndrome nefrótico (SN), un trastorno renal que hace que su diminuto cuerpo excrete demasiadas proteínas en la orina.

El SN se caracteriza por causar hinchazón, particularmente en los pies y los tobillos, y aumenta el riesgo de otros problemas de salud.

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Al día de hoy, se encuentra interno, por segunda vez, en el Hospital Robert Reid Cabral, luego de ir a hacer un chequeo de rutina que develó uno de los miedos de la progenitora: la delicada situación de su descendiente.

“Primero estuvo ingresado por 9 días. Volvimos para una cita de seguimiento y lo dejaron ingresado”, señala Mercedes..

La situación de los padres de Ángel se torna cada vez más oscura. Ambos quedaron sin empleo a raíz de la pandemia, por lo que hacer frente a las necesidades de su criatura implica mucho esfuerzo de parte ellos.

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No obstante, Mercedes está a punto de dar a luz otro bebé el cual ya da muestras de padecer microcefalia. 

A pesar de su corta edad, la situación del niño se puede complicar debido a la aparición de coágulos sanguíneos, niveles altos de colesterol y triglicéridos en sangre, mala nutrición, presión arterial alta, lesión renal aguda, enfermedad renal crónica e infecciones.

No hay cura para el síndrome nefrótico, pero hay tratamientos que pueden ayudarle a mejorar su condición. Los mismos incluyen: diuréticos, antihipertensivos, estanina, esteroides, inmunosupresores.

De igual forma, se agregan medicamentos para relajar los vasos sanguíneos y para reducir la respuesta inmune del cuerpo. Además, de una dieta específica baja en grasas y sal.

Sin embargo, si sus riñones dejan de funcionar, necesitará diálisis o un trasplante de riñón para vivir.