El Gobierno de México presentó este miércoles un detallado informe sobre el operativo en Culiacán del pasado 17 de octubre contra Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “el Chapo” Guzmán, reconociendo errores y divulgando videos inéditos del momento de la captura fallida que detonó una ola de violencia.
En un acto nunca antes visto en Gobiernos anteriores el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, detalló los pormenores de la operación desde la orden emitida en un juzgado de Estados Unidos en abril de 2018, al tiempo que reconoció los fallos en el operativo.
“Esos violentos acontecimientos fueron propiciados por una acción precipitada, cabe reconocerlo con toda honestidad, merece ciertamente una crítica”, dijo Durazo entonando el mea culpa.
Pero seguidamente después se mostró firme y convencido de la estrategia de seguridad del actual Gobierno, argumentando que “en materia de seguridad no es prudente sobredimensionar las circunstancias” y que “un tropiezo táctico no invalida la estrategia en su totalidad».
“Son dos cosas distintas (el operativo de Culiacán y la estrategia) sin afán de justificar, siempre hay probabilidades de que un operativo de esta naturaleza salga mal. No obstante la extraordinaria experiencia de quienes lo llevaron a cabo”, zanjó.
Video: Fallido operativo contra hijo del Chapo
Entre los distintos videos que mostró el Gobierno este miércoles destaca el momento en el que las autoridades detienen a Ovidio Guzmán en un estacionamiento de Culiacán.
“Ya paren todo oiga, ya me entregué, ya paren todo, por favor. Ya paren todo, ya tranquilos, ya ni modo. Dígales que se retiren. Pero ya dígales, ya no quiero que haya desmadres. ¡Ya no quiero que haya desmadre por favor!”, se escucha decir a Ovidio Guzmán en el video.
En la grabación se observa que a las 15.17 hora en Ciudad de México (14.17 hora en Culiacán y 20.17 GMT) -cuando la ciudad ya se encontraba en pleno caos- Guzmán sale al estacionamiento del inmueble con las manos en la cabeza y, luego de ser puesto contra la pared, realiza una llamada telefónica en la que pide a uno de sus hermanos que cesen la violencia contra la ciudadanía.
Previamente, antes de la llamada, una mujer que le acompañaba se mostró visiblemente nerviosa, pidiéndole explicación a los miembros de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Guardia Nacional. Estos le piden que se tranquilice y le dicen que no son miembros de grupos criminales.
Según el titular de la Sedena, Luis Cresencio Sandoval, una media hora después del suceso del video, se informó al presidente Andrés Manuel López Obrador de lo que estaba ocurriendo. Horas después, el hijo del líder del poderoso cártel de Sinaloa fue puesto en libertad a fin de evitar una posible masacre de los civiles a manos de la organización criminal.
Durazo en este sentido apuntó que, de haber querido un enfrentamiento con el cártel, el Ejército y la Guardia Nacional hubiesen salido victoriosos.
“Habríamos ganado, ¿pero a qué costo?”, cuestionó al tiempo que respaldaba su estrategia de combatir al crimen organizado por otros medios. De acuerdo con el “resumen de afectaciones” oficial, hubo 8 muertos- 1 civil, 1 miembro de la Guardia Nacional, 1 interno del penal y 5 agresores, además de 19 heridos. Una cifra menor a los 14 fallecidos que anteriormente se habían reportado.
Además, se escaparon una cincuentena de presos de un penal local y dos oficiales y nueve soldados fueron secuestrados por los criminales y soltados en diferentes puntos de la ciudad tras la liberación del hijo Chapo. Fuera de la ciudad, los sicarios establecieron retenes, donde secuestraron a un oficial y a un soldado que estaban fuera de servicio, además de atacar el puesto de vigilancia de una estación de ferrocarril en el que se llevaron a cuatro soldados que revisaban vagones.
Paralelamente, la caseta de peaje Costa Rica fue ocupada por cerca de 150 criminales que secuestraron a cuatro militares. Y los sicarios también rodearon bases militares de operaciones de Cosalá, Costa Rica y El Fuerte.